La elección del nombre para un bebé suele implicar un proceso de preselección, consultas varias e incluso discusiones hasta llegar a ese que la personita deberá portar por el resto de su vida. En Mendoza, en lo que va de 2017, los que ocupan el primer puesto para nena y varón son Isabella y Benjamín, que son también los más elegidos en todo el país.
En el listado que aportó el Registro Civil de Mendoza, a Benjamín, que se ubica en el primer lugar, e Isabella, que está en el segundo, le siguen por orden de popularidad,Bautista, Guadalupe, Sofía, Mateo, María, Juan, Valentina, Joaquín, Victoria, Franchesca, Alma, Santino, Ignacio, Pilar, Martina, Valentín, Agustín y Emma.
Avelina cuenta que con su esposo estaban bastante indecisos. Es que el apellido de él termina en “ín” y querían descartar la misma terminación para el nombre del bebé. Y ella prefería evitar los raros como el propio, “para que no sufra en la primaria como yo”.
Fue la madrina del pequeño quien propuso Bautista y varios empezaron a llamarlo, todavía en la panza, “Bauti”. Así fue como terminó siendo el nombre elegido, que pensaron sería poco común en niños de esa edad (hoy tiene 1 año y 5 meses). Sin embargo, en cuanto comenzaron las visitas al vacunatorio y al pediatra, descubrieron que siempre suele haber un niño que se llama igual.
Julieta tampoco sabía que el nombre elegido para su hija, Sofía (1 año y medio) era de los más comunes. La de ellos fue una decisión determinada en parte por el apellido del papá, largo y complicado, de manera que buscaban uno que fuera simple. Además, les pareció a la vez dulce y con personalidad. La mamá sostiene que, aunque hubieran sabido que muchas niñas se llaman del mismo modo, lo hubieran elegido igual.
El director del Registro Civil de Mendoza, Enzo Rizzo, explicó que con el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación, que entró en vigencia en agosto de 2015, los padres tienen mayor libertad para elegir, ya que hay pocas restricciones. Estas son: que no sean más de tres nombres, que difiera del de los hermanos vivos y que no resulte extravagante (en contra de la moral y las buenas costumbres).
Sin embargo, la elección no era tan sencilla años atrás, cuando existía un cuadernillo con los permitidos, que tenía como finalidad preservar los nombres “argentinos”. Cuando el que los padres querían no estaba incluido en ese listado, debían solicitar autorización al Registro Civil, lo que requería no sólo el visto bueno del titular sino también un dictamen favorable de Asesoría Letrada.
En 2011, ese catálogo de 3 mil se amplió con 10 mil más, aquellos por los que se había pedido una excepción en reiteradas ocasiones, aunque no fueran autóctonos. Entre los incorporados había 400 indígenas, que se sumaron a los apenas 100 que estaban disponibles hasta entonces.
Rizzo detalló que hace poco inscribieron a un niño al que sus padres decidieron llamar Junior Xeneise y otro en el que parece haber influido un éxito televisivo: Josué.
También recuerda a una Luz Candela, que resulta curioso ya que los dos tienen un significado similar. El funcionario señaló que en Santa Fe denominaron a un pequeño Lucifer, que si bien significa “portador de luz” también es el nombre de Satanás antes de ser un ángel caído. Y en hasta Córdoba intentaron llamar a un niño Faso, pero no se los permitieron.
En el país
En toda la Argentina, los más elegidos en 2015 (el último del que hay datos) fueron también Isabella y Benjamín. En segundo lugar se ubicaron Catalina y Felipe; en tercero Martina y Bautista; en el cuarto Olivia y Valentino; y en el quinto Sofía y Joaquín.
Así surge del sitio web que el Ministerio de Modernización de la Nación desarrolló con los nombres de los ciudadanos argentinos desde 1922 hasta 2016.
Para ello se basó en datos del Registro Nacional de las Personas (del Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda). Así, descubrieron que Juan Carlos fue el nombre más utilizado durante nada menos que 38 años. Le siguen María Belén, con 11 años en el primer puesto; Valentina con 10 años en el podio; y Benjamín, que lleva 8 y contando desde 2009.
En la elección muchas veces influye la notoriedad de ciertos personajes, lo que -como señalan desde el portal Datos Argentina- llevó a que, después del Mundial 1986, muchos papás optaran por Diego Armando. O que en 1982, por la visita del Papa Juan Pablo II, este resultara el nombre más elegido. E incluso, luego de la muerte de ‘El Potro’ Rodrigo Bueno en 2001, su nombre ocupara el décimo lugar en la preferencia de los papás argentinos.
Desde 1922 a 2016
“Tu nombre en los últimos 100 años” es la aplicación web que permite descubrir cuál fue la popularidad de un nombre, en Argentina, desde 1922 a 2016. En un gráfico se puede ver cuántas personas lo compartían año a año y cuál era el porcentaje de aparición cada mil individuos registrados.
También se puede conocer el número de personas que fueron designadas de ese modo de 1922 a 2016; cuándo alcanzó mayor y menor popularidad; y cuántos registros con el mismo nombre hubo en el año de nacimiento. Asimismo, muestra cuáles fueron los diez más elegidos para mujer y varón en el año en que nació el usuario.
Se trata de un desarrollo del Ministerio de Modernización de la Nación, en base a datos del Registro Nacional de las Personas (del Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda). Se puede consultar en www.nombres.historias.datos.gob.ar.