El Departamento de Irrigación presentó ayer el Pronóstico de Escurrimiento de Aguas Superficiales de los ríos de Mendoza 2018-2019, cuya importancia radica en el cronograma anual de erogaciones del sistema hídrico de Mendoza. Las escasas nevadas del pasado invierno indican que habrá problemas para satisfacer las demandas, en todas las cuencas.
Casi a una década de declararse la emergencia hídrica por primera vez, Irrigación ha dispuesto no hacerlo un año más, ya que según los datos hidronivometeorológicos de este año, esta escasez de agua es la "nueva normalidad", como adelantó ayer Los Andes.
El pronóstico de volumen de agua para la temporada 2018-2019, para todos los ríos de la provincia, es de un año seco. Es decir que escurrirá menos del 65% de un año medio o normal. Casi todos los ríos van a estar entre el 50% y el 60%.
Esta sequía prolongada es la más larga en la serie de registros existentes (100 años para varios ríos). La sequía de los 60 tuvo algunos años más severos, pero no fue tan larga.
Los expertos consideran que esta sequía está dentro de la variabilidad climática de la región y no, aún, el cambio climático tal como se ha estimado. Por esto, la sequía es la nueva normalidad. Este año ha sido el más cálido de la serie de temperaturas registradas para nuestra región y siete de los años más cálidos se han dado en los últimos 10 años.
Según resaltó en la presentación el superintendente de Irrigación, Sergio Marinelli, "estamos en una situación de sequía donde año tras año vamos viendo cómo se va restringiendo la disponibilidad del recurso hídrico a raíz de la escasez de nieve en la montaña, y esto nos obliga a poner la cabeza y pensar en salir adelante por arriba del problema".
Por su parte, el director de Gestión Hídrica, Rubén Villodas, presentó el Pronóstico de Escurrimiento para el próximo período, y aseguró que todos los ríos el próximo año hídrico se presentarán como seco y que esta sequía prolongada es la más larga en la serie de registros existentes.