En los últimos años el Departamento General de Irrigación (DGI) ha venido incrementando el canon “anual” solamente considerando la inflación estimada oficialmente por el Gobierno Nacional. O sea, muy por debajo de la real, que en 2022 alcanzó el 95%, y en 2021 el 50,9%.
El organismo asumió el riesgo que esto representaba pensando en sus usuarios. La pérdida de poder real de la moneda, sumado a la fuerte caída en la recaudación por causa, sobre todo, de las heladas, repercutió negativamente en las cuentas del DGI. Y también de las Inspecciones de Cauce, que solicitan apoyo financiero a Irrigación.
Para el año 2023 el aumento de la cuota de sostenimiento de Irrigación es del 108%. Por su parte, durante las asambleas realizadas en todas las cuencas y con aprobación de sus usuarios, las Inspecciones de Cauce (que no dependen de Irrigación) aprobaron un incremento promedio para este año del 113%.
¿Por qué la decisión de Irrigación? Para que el organismo no se desfinancie, y pueda mantener la sostenida inversión en obras que viene mostrando desde hace más de 5 años, pueda hacer frente a los gastos corrientes propios de la actividad y las obligaciones salariales de una planta de personal reducida considerablemente (un 18% desde el 2017).
Disminución de personal en Irrigación
Con respecto al personal, es válido aclarar con respecto a los funcionarios que deben ser 12 según lo que establece la Ley de Aguas. Y son precisamente 12 los que tiene la Superintendencia. El Honorable Tribunal Administrativo (HTA) de Irrigación que forman los Consejeros de cuenca tiene un Secretario y dos direcciones, que son ocupadas por una misma persona.
Precisamente, anticipándose a un contexto económico cada vez más negativo y los efectos del cambio climático y la sequía (que obligan a una gestión más eficiente del agua), Irrigación ha bajado el número de empleados año a año, ha congelado los sueldos de los funcionarios (que son los mínimos que pueden haber) y al inicio de este 2023 no otorgó el bono que dio la Provincia.
La actual gestión al frente de Irrigación realiza un ajuste del gasto corriente y un trabajo en la eficiencia del gasto, desde que comenzó, en el 2017.
El sistema debe funcionar y eso tiene un costo, más allá de la cantidad de agua que nos dé la naturaleza. Es más, a menos agua es mayor el costo de mantener el sistema.