Los regantes de Mendoza pagarán un canon de $ 2.000 al año, por hectárea, a partir de febrero, un 130% más de lo que abonaban hace tres años. El incremento está por debajo de la inflación proyectada para ese período (contando 2020). Según explican desde el organismo, se trata de un costo con un peso poco representativo en la estructura de una finca. Sin embargo, la última suba generó reclamos entre los productores mendocinos.
El cobro del canon total tiene dos componentes. Uno de ellos es el pago al Departamento General de Irrigación, que representa $ 1.200 por hectárea, considerando el valor promedio mencionado anteriormente. El otro, es la Inspección que integre cada regante, lo que se lleva los $ 800 restantes.
Según señaló Laura Pérez Ventura, de la Dirección de Ingeniería, dentro del área de Evaluación de Proyectos, el monto puede variar según las obras que encare cada Inspección y el porcentaje que se cobre por año para el recupero de la inversión efectuada.
La incidencia en la finca
Irrigación realizó un estudio de costos de diferentes modelos de cultivos con derecho de riego superficial y aguas subterráneas. El informe le permitió concluir que, con un incremento del 30% (aplicado en febrero de 2020), el canon de agua superficial representará apenas el 1,1% de la estructura de costos de los productores dedicados al cultivo de uva común. El porcentaje asciende a 1,5% para la uva tinta y a 2,1% para la alfalfa, pero baja a 0,9% para los frutales de carozo y a 0,8% para el ajo.
En todas las actividades el gasto de mayor incidencia es de la mano de obra (del 31% en forrajes, y de entre el 40% y el 60% en el resto de las actividades mencionadas). Además, mientras que otros insumos -como aquellos que incluyen componentes dolarizados- han mostrado grandes variaciones de un año a otro, el peso del costo del riego "se ha mantenido estable entre 2014 y 2019", según indicó Pérez Ventura.
Aumentos interanuales
El director de Recaudación de Irrigación, Gustavo Cabrera, explicó que en 2018 el canon que pagan los regantes de Mendoza aumentó 18%, cuando la inflación fue del 47%, en tanto que al año siguiente se incrementó en un 50% (53,8% inflación 2019). "En esta oportunidad se determinó un incremento del 30%, 10 puntos porcentuales por debajo de la inflación proyectada", indicó. Así, de punta a punta (2018 a 2020), se habrá completado un incremento del canon de riego del 130%, frente a una inflación que hasta ahora, alcanza el 136% (a eso habrá que sumar el avance de los precios durante 2020).
"Esto significó un esfuerzo extra para no aumentar los costos de los productores, que en muchos sectores manifiestan estar en un estado crítico, pero al mismo tiempo no desatender las 350 mil hectáreas productivas que existen entre las empadronadas en el organismo, que significan entre 80 mil y 100 mil usuarios", destacó Cabrera.
"El esquema de financiamiento se adaptó a las condiciones de pago. El organismo se autofinancia, no tiene déficit ni retrasos en el plan de obra, pero sí tiene un nivel alto de cumplimiento de los empadronados, que históricamente se ha mantenido entre el 60% y el 70%. El resto del dinero se recupera durante los años posteriores cuando los regantes se ponen al día", agregó.
Qué dicen los productores
"Para una producción primaria que está en terapia intensiva como la vitivinicultura, y mientras se aproxima una de las peores cosechas en materia de precios y rentabilidad de esta década, cualquier aumento resulta ser negativo", consideró Diego Stortini, titular de la Cámara de Comercio, Industria, Agricultura y Turismo de Tunuyán (CIAT).
Stortini resaltó que el incremento no es superior al de otros costos de la actividad, pero consideró que se debe insertar dentro de un plan de desarrollo integral que se lidere en pos de la eficientización del uso del recurso hídrico.
"Están pretendiendo corregir un problema grave, como es la ineficiencia con que usamos el agua los mendocinos, a través del precio. Es una medida miope, de corto plazo y que no le sirve a nadie. Se necesita presurización del riego en el agro de Mendoza, dar incentivos para que el productor se tecnifique y que se le ponga más ritmo a las obras hídricas. Además, Irrigación debe completar el trabajo de impermeabilización de canales", agregó.
Igualmente, Oscar Morbidelli, presidente de la Asociación Argentina de Ciruela para Industria (ACI), consideró razonable el incremento, pero sin dejar de destacar que es un "costo fijo" que se podrá absorber, dependiendo de la cosecha siguiente.
"El aumento viene por debajo de la inflación y es cierto que hay que mantener la estructura. Podemos discutir mejoras, pero no podemos estar sin agua y tampoco sin alguien que la regule", señaló Morbidelli.
El empresario destacó al riego sistematizado como una de las formas por las que se podría luchar contra la falta de agua que hoy aqueja a algunos sectores del agro de toda la provincia.
El plan de inversiones para mejorar el sistema
El jefe de Gabinete de Irrigación, Rubén Pelegrina, explicó que el organismo destinará $ 250 millones este año para obras que impactarán no sólo en el riego sino también en la economía en general. El funcionario destacó las "externalidades positivas" de la eficientización del riego.
El porcentaje destinado a obras representa el 30% del total del presupuesto del organismo. También se destinará una partida especial para compra de máquinas que asciende a $ 41 millones, aunque este número puede estar sujeto a modificaciones.
Pelegrina señaló que la atención está puesta hoy sobre los cerca de 100 mil usuarios de Irrigación pero que, a futuro, si se realizaran las inversiones suficientes, se podría ampliar al resto de la matriz productiva de la provincia.
"Tenemos medido el costo de un plan que significaría un cambio sustancial en U$S 250 millones, pero eso es a muy largo plazo, y mientras tanto se pueden realizar cambios pequeños que contribuirían mucho", explicó Pelegrina.
A modo de ejemplo, el jefe de Gabinete destacó que se están dando capacitaciones para que el riego intrafinca sea lo más eficiente posible. También el desarrollo de reservorios para avanzar con el riego a demanda, es otra de las estrategias en las que se avanza, y que se complementarán con capacitaciones para mejorar las "labores culturales que realiza cada productor".
