Stephen Emmott (Vintage books – NY 2013) nos da respuestas acerca de este proceso nacido a partir de la revolución industrial de fines del siglo XVIII e intensificado en los últimos 70 años con el nacimiento de la llamada revolución verde surgida a raíz del mayor crecimiento de la población mundial, en realidad, ella fue la respuesta a ese mayor crecimiento.
El clima en la tierra, continua Emmott, está formado por cuatro componentes que son: atmósfera, hidrosfera, biosfera, y biosfera, es decir, aire, agua, hielos y hábitat respectivamente, todos sujetos a una relación de equilibrio natural sustentable hasta los inicios del período en estudio.
La actividad humana, particularmente en los últimos 70 años ha afectado el equilibrio de estos 4 componentes por emisión de GEI (gases de efecto invernadero) en la atmósfera, pero también, consumiendo más y contaminando el agua, o reduciendo el hábitat en el que viven los otros reinos, por ocupación de más espacios físicos en la superficie de la tierra.
En el presente, solo el 40% de las tierras del planeta están siendo usadas para la agricultura. Las restantes son desiertos, tundras, montañas, tierras mineras, florestas, ciudades y áreas protegidas.
Al paso que va el mundo, para 2050 un área similar a la de los Estados Unidos será clareada de cualquier “obstáculo”, principalmente bosques para convertirla en productora de alimentos. Esto significa también la emisión de tres mil millones de toneladas por año de CO2 (dióxido de carbono) a la atmósfera.
Hoy, la demanda de alimentos es superior a la tasa de crecimiento de la población y esto se debe a que hay más poder adquisitivo que aumenta la demanda, y también que en algunas regiones se come más carnes rojas, como por ejemplo África y China.
Pero, más alimentos significa más emisiones de GEI, con lo cual se acelera el cambio climático y los eventos extremos que comprometen la provisión agrícola futura, sean estos huracanes, sequías, desertificación, o inundaciones, que derrumban dicha producción a nivel mundial.
Los combustibles fósiles son también causantes de enfermedades que perjudican a tres mil millones de habitantes, casi la mitad de la población mundial viven hoy debajo de la nube marrón que cubre las grandes ciudades producida por más de dos mil millones de vehículos e infinidad de fábricas y usinas eléctricas.
Los hielos polares están sufriendo las consecuencias del calentamiento global, por ejemplo, Groenlandia pierde aproximadamente 30 metros de superficie costera por año mientras que la merma antártica es de alrededor de 300 millones de toneladas anuales de hielo que a su vez va liberando el peligroso metano aprisionado en el permafrost. Recordar el desprendimiento de hielo en la Antártida en julio pasado cuya superficie aproximada fue de unos 6000 km²
Las florestas son componentes fundamentales del llamado ciclo del carbono, debido a que el CO2 emitido a la atmósfera es absorbido en un 50% aproximadamente por los océanos, pero la otra mitad se absorbe en la tierra a través de los bosques. El tema es que hoy, estos son insuficientes y entonces no consiguen absorber en su totalidad el otro 50%.
Al promediar el presente siglo tendremos una demanda de energía hoy impensable que podríamos imaginar en cientos de represas de gran tamaño, miles de usinas nucleares, millones de turbinas eólicas y también millones de paneles solares.
Aquí la pregunta sería; ¿será que las empresas hoy dedicadas a la explotación de combustibles fósiles dejarán mansamente sus negocios para llegar al 2050 libre de emisiones? No es fácil ser optimista en esto.
¿Qué podemos esperar en caso de no lograr el objetivo de la reunión de París del 2015? es un poco arriesgado establecer pronósticos, pero sí es seguro que ocurrirán eventos graves como los que hemos visto los últimos días con Irma en el Caribe y en el estado de Florida.
Por el momento todo indica que el calentamiento global continuará y tal vez a un ritmo mayor, y en ese caso los hielos seguirán derritiéndose haciendo crecer el nivel de los mares e inundando las fajas costeras bajas. Como resultado habrá migraciones humanas y de animales que comenzarán a crear conflictos regionales nuevos por espacios de vida.
Tal vez una nueva era tecnológica nos dé nuevas soluciones a un problema que comenzó a plantearse hace más de dos siglos que es el crecimiento irrestricto de la población mundial, algo que aparenta no tener solución a la vista.
El cambio climático es producido por el hombre y es éste quién debe buscar la solución. Para ello es imprescindible lograr mega acuerdos entre dirigentes y países que manejan el mundo. Son ellos los que deben encabezar las acciones. De hecho, hay intenciones y acciones en curso como la cumbre de París de diciembre del 2015, aunque lo difícil de esto no es el acuerdo, sino que éste trascienda el papel.
La ciencia identifica y propone soluciones, pero no puede ofrecer certezas y este es el argumento que los escépticos y factores de poder esgrimen para omitir acciones reparadoras o de prevención por la dificultad en probar los reales efectos del cambio climático. Por esto dejamos pasar el tiempo esperando los eventos y cuando estos se producen ya es tarde para la solución.