Irán busca continuar con su apertura

Moderados y reformistas se perfilan como favoritos en la votación que se extendió durante todo el día de ayer para renovar a los miembros del Parlamento y de la Asamblea de los Expertos. Analistas hablan de un hecho vital para mantener el actual modelo.

Irán busca continuar con su apertura

Los iraníes votaron ayer en dos comicios cruciales para el mantenimiento de la política aperturista del presidente moderado Hasan Rohani, quien espera reforzar su poder frente a los conservadores.

En estas primeras elecciones desde el acuerdo nuclear del pasado julio, casi 55 millones de iraníes estuvieron convocados a las urnas para renovar a los miembros del Parlamento y de la Asamblea de los Expertos (los religiosos encargados de nombrar y reemplazar al guía supremo).

Los centros de voto cerraron más tarde de lo previsto debido a una importante afluencia en los recintos electorales.

Hace cuatro años, la tasa de participación fue de 64,2% en todo el país, y de 48% en Teherán. Según una fuente electoral, a las 21 locales, unos 28 millones de los 55 millones de electores habían votado.

Los primeros resultados parciales y oficiales definitivos se empezarán a conocer hoy.

El guía supremo, Ali Jamenei, fue uno de los primeros en votar en una mezquita situada en el complejo donde reside en Teherán. “Todo el mundo debe votar, todos aquellos que aman Irán, la República Islámica, la grandeza y la gloria de Irán”, dijo ante las cámaras.

“Hay que votar con perspicacia y con los ojos abiertos” para “decepcionar al enemigo”, agregó Jamenei, sin especificar a quién se refería, aunque habitualmente expresa sus recelos respecto a las potencias occidentales, especialmente Estados Unidos, a las que acusa de llevar a cabo una política de "infiltración".

Elecciones "legítimas"
Al votar en el ministerio del Interior, el presidente Hasan Rohani declaró que su gobierno veía en las elecciones "una inmensa marca de confianza" y que el conjunto de instituciones iba a garantizar que sean "legítimas y sanas".

Estas elecciones son las primeras desde el histórico acuerdo sobre el programa nuclear iraní que alcanzaron en julio las grandes potencias y Teherán, y que deberá permitir al país abandonar su aislamiento y reactivar una economía debilitada por casi diez años de sanciones internacionales.

Algunas de estas sanciones se levantaron a mediados de enero con la entrada en vigor del acuerdo nuclear. Rohani, elegido en 2013, confía en que este avance invierta la tendencia en favor de los reformistas y moderados, principalmente en el Parlamento.

Esto le ayudaría, especialmente mediante las esperadas inversiones extranjeras, a aplicar una política de reformas económicas y sociales antes del final de su primer mandato en 2017.

Casi 5.000 candidatos
Tras la retirada a última hora de unos 1.400 candidatos, los iraníes tuvieron que escoger entre 4.844 candidatos, entre ellos casi 500 mujeres, para renovar los 290 miembros del Parlamento.

Unos 159 candidatos, todos hombres, aspiran por su parte a ocupar los 88 puestos de la Asamblea de Expertos.

En las pasadas legislativas, en 2012, los reformistas boicotearon los comicios en protesta contra la reelección del presidente ultraconservador Mahmud Ahmadinejad en 2009, que consideraban fraudulenta, y dejaron así vía libre a los conservadores. La participación fue entonces del 64,2%.

Esta vez los reformistas participaron en las elecciones y, para aumentar sus posibilidades, presentaron una lista conjunta con los moderados (algunos de ellos conservadores) denominada “Omid” (“Esperanza”).

Pero el Consejo de los Guardianes de la Constitución, que supervisa la votación y se encuentra bajo control de los conservadores, vetó a los progresistas más conocidos.

Frente a ellos, una gran coalición de conservadores que, en base a la línea del guía supremo Ali Jamenei, se preocupan por una eventual "infiltración" extranjera en Irán, tanto en el terreno político como económico y cultural.

Los ex presidentes Mohamad Jatami (reformista) y Akbar Hachemi Rafsanjani (moderado) pidieron el voto masivo para los candidatos pro Rohani con tal de cortarle el paso "al extremismo".

Rafsandjani y el propio Rohani optan a un puesto en esta Asamblea y esperan derrotar a los representantes más conservadores. Esto representaría una importante victoria para ellos, máxime cuando sus 88 miembros, elegidos para un período de ocho años, podrían designar al sucesor del ayatolá Jamenei, de 76 años.

Cómo se vive la elección en las mezquitas

Los iraníes no depositan en la urna una papeleta de la formación elegida, sino que deben rellenar una hoja en blanco con los nombres de sus candidatos preferidos. No es obligado completar todos los espacios -30 en el caso de Teherán- pero ayer la mayoría de los votantes se apresuraba a no dejar ni un hueco vacío para reforzar su opción de voto.

La prensa internacional cubre las elecciones con corresponsales, como es el caso de una periodista del diario El Mundo de España, que cuenta cómo se vive el proceso desde adentro:

“Dentro de la mezquita, un mulá con turbante negro -descendiente del profeta- vota junto a su hija. A diferencia de lo que pudiera parecer, elige reformistas. “Quiero un sistema que interprete las leyes con equidad. Que respete los derechos humanos. Que promueva las relaciones internacionales con Occidente. Los principalistas están derrotados”.

El mulá comenta al oído que en esta mezquita, los que votan a los ultraconservadores “se esconden para no ser vistos”.Y así es. Porque estamos en el norte de Teherán, donde el nivel de vida es alto y la población está educada. Este sector del electorado, aunque no todo, tiende a votar por las opciones reformistas, o bien se queda en casa.

“El jefe de las juventudes del líder reformista realiza un vaticinio que parece realista: ‘En Teherán cosecharemos muchos votos, pero en el resto del país las cosas son más difíciles. Si podemos conseguir un 30% de los escaños de la Cámara, estaremos contentos’. Actualmente, el 10% de los diputados del Majlis son reformistas, mientras que el 90% restante es conservador o fundamentalista.

Un reequilibrio 30%-70% sería suficiente para los que quieren el cambio. “Los reformistas nos aliaremos con los conservadores y marginaremos a los radicales”, asegura este líder político, que señala que el objetivo “realista” no es obtener la mayoría en la Cámara, sino formar un bloque amplio que aparte a los ultras.

“Se habla que los resultados no se sabrán hasta dentro de unos días y probablemente será necesaria una segunda vuelta”.

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