El Instituto Provincial de la Vivienda "históricamente" ha tenido dificultades para asegurarse el recupero del dinero que se invierte en viviendas, algo que según explicó la directora del mismo, María Marta Ontanilla, comenzó a mejorar desde la última gestión, pero los efectos económicos del aislamiento afectaron la economía de los hogares, y como consecuencia también aumentó el retraso en los pagos de los planes de vivienda.
De acuerdo con Ontanilla todavía no se han cerrado los números para conocer el porcentaje de mora, y en estos días se están recibiendo los pagos correspondientes al mes de marzo. Para quienes pagan "fuera de término" se incluye un recargo que ronda el 11,5% (el recargo es del 1,5%, pero se pierde además el 10% de descuento que reciben quienes pagan en término).
No se trata de una novedad, las chequeras de los beneficiarios del plan fueron impresas con esa información, pero atendiendo a las dificultades económicas, e incluso técnicas para efectuar los pagos, el organismo "eliminó el interés para el primer vencimiento, pero en los siguientes se volvió a la normalidad, producto de que se habilitaron nuevos canales de pagos".
Así, Ontanilla comentó que los cargos por mora siguen, y para evitar contratiempos se habilitaron nuevos medios electrónicos de pago. "Continúan los sistemas de pago frecuentes como Rapipago o Pago Fácil, y para propiciar que la gente se quede en casa, sumamos Mercado Pago y E-Pagos", agregó la presidenta del Instituto.
Aumentos en las cuotas
El universo de beneficiarios del IPV comprende a 60.000 familias, y de acuerdo con Ontanilla "históricamente al IPV le ha costado mucho recuperar sus créditos, eso había mejorado, pero seguramente con la pandemia se agravará".
Sin embargo, señaló que en los últimos meses los créditos no han tenido aumentos, porque esto se realiza de forma semestral, a diferencia de los créditos hipotecarios normales en donde la modificación del valor de la cuota se realiza de forma mensual y en relación a la Unidad de Valor Adquisitivo (UVA), que combina los precios de la construcción con las variaciones del índice de precios al consumidor, o inflación.
Así, si bien el crédito se actualiza según las UVAs, el valor de las mismas se tomó al 1 de enero, con una cotización de $47,23 por cada una, cuando a la fecha cada unidad significa $53,41. "La actualización se hace de manera semetral, y a tasa cero. La cuota aumenta, pero durante la cuarentena no se han registrado incrementos", explicó Ontanilla.
El aumento si se registra cuando se suman las penalidades por pagar fuera de las fechas pactadas. De esta forma, y siguiendo el caso concreto de una beneficiaria del Instituto, entre el pago mensual de las unidades de valor, más gastos administrativos y con los descuentos y bonificaciones pertinentes, la cuota de marzo que alcanza los $3.864,71, con el recargo por pagar fuera de término pasa a $4.311,50. En este caso, la beneficiaria perdió el 10% de descuento que se le hace a quienes pagan en término, pero con anterioridad al COVID 19.
No obstante, la titular del organismo señaló que en caso de que el salario baje por cualquier causa, y en este caso que se vea afectado por la cuarentena, o incluso que alguno de los miembros del grupo familiar perdiera su empleo, existe la posibilidad de presentar la documentación (por los canales virtuales), a fin de que el plan de pago se ajuste a la nueva condición. "Los ingresos familiares no se pueden afectar por encima del 25%", indicó la funcionaria.
"Además, desde la página de autogestión, tienen la posibilidad de rehacer el plan de pago. Y en la medida en que todo se normalice, iremos viendo los casos puntuales de manera personal. Mientras tanto puede ir generando su boleta, de acuerdo a la situación", agregó.
Viviendas en ejecución
Para este año, el IPV cuenta con 1.500 viviendas en ejecución, que ya están iniciadas y para las que no se ha visto afectada la pauta que se asignó antes de que el coronavirus trastocara el Presupuesto provincial. Además se cuentan otras 400 que se están construyendo bajo la modalidad público-privada.
"Estamos trabajando desde el Laboratorio de Vivienda en nuevos programas que tengan que ver con el aporte del privado para poder seguir con la continuidad de nuestras obras. Nuestra planificación de obra ha seguido, y hay obras que iremos adjudicando en la medida en que se vaya pudiendo, con prudencia", comentó Ontanilla.
El laboratorio también tiene en cuenta los datos que se manejan desde los municipios para trabajar en una reducción del déficit habitacional de la provincia que a marzo de 2019 se calculaba en 70 mil viviendas y que este contexto hace aún más difícil que se cubra un porcentaje del mismo.
“En una gestión no se puede resolver el problema, pero la idea es ir sumando para que se vea considerablemente reducido, para eso trabajamos. Y por otro lado, sabemos que la obra privada y pública genera mucho empleo, y la prioridad que tenemos hoy es colaborar para crear un marco legal que permita la participación público privada”, cerró la titular del IPV.
Entrega de viviendas
El 27 de abril se realizó la primera entrega de viviendas del IPV en contexto de pandemia, no se realizó un acto protocolar para ello, y una sola persona por grupo familiar pudo asistir a la entrega de la documentación de la que será su hogar en el barrio Molina del departamento de Junín.
Se trata de 10 viviendas que comenzaron a construirse en 2019 y que fueron entregadas nueve meses después del inicio de obra. El proyecto estuvo a cargo de la empresa Murúa y demandó una inversión de $9 millones que financió la provincia como parte del Plan Provincial Mendoza Construye, que requiere de terrenos con urbanización previa.
En este caso, las viviendas se integraron a otras construidas en un loteo ubicado sobre el carril Viejo Retamo, del distrito Philips que en 1998 la Unión Vecinal Molina urbanizó, gracias a un crédito que le otorgó el mismo instituto.
Las 10 nuevas viviendas son de construcción tradicional, y tienen 62,3 metros cuadrados en los que se distribuyen dos dormitorios, un baño, cocina sectorizada y un estar comedor.
