Invitados sorpresa - Por José Luis Toso

Cornejo, entre la asimilada caída en los 4 territorios peronistas y la no bien recibida propuesta para ampliar Cambiemos.

Invitados sorpresa - Por José Luis Toso
Invitados sorpresa - Por José Luis Toso

La que termina fue una de las semanas de mayor confrontación del Gobernador con el justicialismo. Empezó en los cuatro departamentos cuyos “caciques” desdoblaron elecciones municipales y continuó con el discurso de apertura de sesiones ordinarias de la Legislatura, el último a cargo de Cornejo como jefe del Ejecutivo provincial.

En los territorios liderados por el peronismo, el oficialismo buscó relativizar el impacto de elecciones en las que en la UCR sabían que las posibilidades de éxito era remotas.

Pese a ese domingo adverso, en el cornejismo quedaron bastante conformes con lo que se reflejó en las urnas. Los números que arrojaron  las primarias abiertas en San Martín dejarían la puerta abierta para una contienda definitiva por la intendencia, en setiembre, de acuerdo con las estimaciones hechas en el comando electoral radical.

En cuanto a San Rafael, los números no dejaron tan desalentados a los radicales, ya que había dirigentes que estimaban que la diferencia a favor de Emir Félix sería aún superior. Renace de alguna forma la ilusión de poder competir con más chances en la elección definitiva, por lo menos para mantener una presencia opositora en ese ámbito municipal más o menos fuerte.

Sobre Lavalle, piensan en la UCR que el peronismo de Righi habría tocado un techo electoral. En cambio, en Tunuyán el intendente Aveiro mostró que su camino hacia la nueva reelección parece prácticamente imparable. El pálpito ya lo tenían en el justicialismo y por ello el precandidato a gobernador Alejandro Bermejo eligió ese departamento del Valle de Uco para esperar los resultados de la jornada de votación y dar su mensaje triunfal posteriormente. Fue, por otra parte, una juntada de grandes y nostálgicos referentes del ex sector Azul, incluyendo a la lugareña Patricia Fadel, muy cercana a los hermanos Bermejo. Allí se esperaba en el PJ un triunfo muy claro. Y así fue.

Durante la mañana del miércoles legislativo Cornejo tuvo la oportunidad de expresar ante el importante auditorio peronista allí representado todo lo que siente sobre las gestiones que lo antecedieron y cómo tuvo que hacer para reordenar los números de la provincia y encarar, dentro de las posibilidades existentes, obras y proyectos para la Mendoza que viene. Por eso no extrañó tanto que a lo largo de dos horas el jefe del Ejecutivo efectuase un minucioso repaso de lo que ha hecho su gobierno, pero siempre con un enérgico reproche de lo que heredó luego de las gobernaciones de Jaque y Pérez, en especial de este último.

Es parte del estilo confrontativo que caracteriza a Cornejo en la vida política y esa característica le viene bien a la estrategia que eligió para afrontar la campaña hacia las elecciones provinciales. Se basa en esa fuerte comparación entre lo heredado y lo llevado a cabo por su administración y en la necesidad de fortalecer a sus precandidatos, Suárez y Abed. La interna que plantea De Marchi y el desfavorable clima en torno a la gestión presidencial obligan, como se ha dicho ya varias veces, al cornejismo a no descuidarse, con más razón si se tiene en cuenta que el calendario electoral quedó en medio del nacional, lo que lleva a que la elección de gobernador quede expuesta al impacto de lo que surja de la votación nacional (primarias y general). Un escenario dudoso si la caída de imagen de Macri que marcan todas los sondeos queda reflejada en las urnas y eventualmente se transmite hacia los candidatos provinciales de Cambiemos.

Y si de política nacional se trata, Cornejo generó otra de las polémicas de la semana al referirse una vez más a la base de sustentación de la coalición gobernante.

En su condición de presidente nacional del radicalismo, avaló sin reparos el plan de diez puntos que el gobierno nacional busca consensuar con la oposición, en especial con el peronismo no kirchnerista. Sin embargo, creó revuelo por lo que para muchs observadores se enmarca en sus diferencias con el  gobierno nacional con relación a la cruzada reeleccionista de Macri. Se sabe de los pedidos del mendocino y gran parte de la UCR a favor de la gobernadora bonaerense Vidal.

“Es conveniente que Cambiemos se amplíe a gente como Lavagna”, señaló y también sugirió la presencia de “otras fuerzas”. Sostiene su postura señalando que, desde su punto de vista, “el Gobierno solo (es decir, Macri y el Pro) no puede garantizar que la Argentina no vuelva para atrás”.

La primera respuesta oficial a los sorpresivos y poco entendibles dichos de Cornejo estuvo a cargo del presidente del Pro, Humberto Schiavoni, que dijo a través de las redes sociales que lo que se propone se debe discutir dentro de la mesa de Cambiemos, con lo cual se interpretó un claro rechazo a lo propuesto por el gobernador de nuestra provincia. De todos modos, cabe recordar que en la coalición nacional hay sectores que quieren desde un principio que Cambiemos mantiene entornada la puerta de acceso a nuevos socios. Por eso el diputado Nicolás Massot salió a apoyar lo que dijo el titular del radicalismo. El joven legislador forma parte de un interesante sector de dirigentes y funcionarios del armado macrista que fogonean esa idea.

La negociación encarada esta semana por el gobierno nacional para consensuar el acuerdo de gobernabilidad que fogonea la Presidencia fue comandada por el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, otro  histórico macrista no tan rígido, como el entorno presi
dencial que encabeza Marcos Peña, sobre los límites que debe tener la coalición. Frigerio siempre ha sido uno de los funcionarios cercanos al Presidente más propensos a la apertura del espacio, pero siempre con equilibrio ante los planteos punzantes de personajes como Cornejo o Monzó.

El titular de Interior siempre buscó hacer valer el equilibrio político y poner paños fríos ante las arremetidas intestinas. Leal a Macri ha sido, y es, respetuoso intérprete de la estrategia del Ejecutivo nacional en tal sentido. Por eso es la cara del acercamiento actual al peronismo pero sin ir más allá del intento por sellar un acuerdo de gobernabilidad, como pretende el “pedigrí” macrista, sin posibilidades de ampliación del espacio. De alguna manera, Omar De Marchi, el competidor que el cornejismo tiene en la provincia en el marco de las PASO locales, tuvo la oportunidad de disentir una vez más con el Gobernador al opinar sobre la propuesta de ampliación de Cambiemos. Y expresó argumentos muy propios del “pedigrí” macrista.

“El futuro no se arregla con el pasado”, dijo, entre otras apreciaciones, al referirse al pasado kirchnerista tanto de Pichetto como de Massa. Es que en años anteriores, el senador, en su carácter de titular del bloque kirchnerista, debió defender a capa y espada muchas políticas impuestas por los K.

En cuanto al ex intendente de Tigre, posiblemente haya purgado sus culpas apartándose del gobierno de Cristina y logrando abortar con su triunfo legislativo bonaerense de 2013, la anunciada embestida re-reeleccionista que preparaba el aparato políticojurídico kirchnerista. Massa logró un lugar trascendente en la historia reciente con aquella movida, pero su afán de protagonismo hasta lo podría llevar a replantear su pertenencia a la cofradía K.

Confuso cruce de propuestas sobre el derrotero preelectoral de Cambiemos; desde el plan de gobernabilidad de diez puntos dirigido a referentes del peronismo no K que por ahora no quieren saber nada con ese pronunciamiento, a la sugerencia de Cornejo de invitar al seno de la coalición a dirigentes que están más atentos a los pasos que dé Cristina que a sumarse al tren macrista. Probablemente, la reunión de la Convención Nacional de la UCR, de cercana fecha, arroje claridad cuando defina si sigue o no en el espacio oficialista.

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