Según científicos de la Universidad de La Florida, el cambio climático podría afectar la industria vitivinícola de la región, ya que el calentamiento global ha acelerado la aparición de un hongo que se desarrolla en las uvas y que produce una toxina peligrosa: Ocratoxina A, también conocida como OTA, la cual es cancerígena. Sin embargo, Mendoza y el resto de las zonas productivas de Argentina estarían a salvo de este fenómeno.
"La ocratoxina A es producida por hongos que, en climas húmedos (como es el caso de La Florida) prosperan. En principio, no sería un problema demasiado serio en Mendoza ya que nuestro clima es especialmente seco", enfatizó Rubén Bottini, investigador superior del Conicet, y aclaró que, además de las uvas, esta toxina también puede aparecer en café, cereales, carnes y otros productos alimenticios.
Por otra parte, en los últimos años se realizó una investigación centrada en la presencia de OTA en los cultivos argentinos. En este punto, la investigadora a cargo del estudio, Lorena Ponsone, asistente del Conicet, concluyó que "ninguna de las muestras superó los dos microgramos por kilo". Actualmente, éste es el nivel máximo establecido por la Unión Europea. Asimismo, la especialista precisó que durante la elaboración de vino tinto, los niveles de OTA disminuyen un 80%.