Doce horas después del
hundimiento del techo del teatro Apolo de Londres
, en plena representación, los investigadores intentaban ayer comprender las causas de un accidente que dejó 76 heridos, siete de ellos graves.
Una de las pistas son las fuertes precipitaciones que cayeron en Londres una hora antes de que se derrumbara el techo de este teatro de 112 años de antigüedad, poco después de las 8 de la tarde hora local.
Un inspector del Westminster City Council (WCC), que gestiona los teatros antiguos, inspeccionó durante la noche la estructura del edificio, y consideró que "el techo del teatro era seguro" y no presentaba riesgos de derrumbe, según indicó el organismo público en un comunicado.
"No conoceremos las causas del accidente mientras no terminen las investigaciones, pero se están efectuando verificaciones", declaró Nickie Aiken, del WCC.
"Parece un incidente aislado, pero seguiremos trabajando en los teatros durante todo el día para asegurarnos de que se cumplen todas las medidas de seguridad", añadió. La responsable precisó igualmente que "los teatros históricos están obligados a someter sus techos a controles rigurosos de seguridad cada tres años".
Por su lado, Paul Rickett, investigador en Scotland Yard, indicó que "de momento sabemos que cayeron del techo trozos de yeso". El investigador añadió: "En este estadio no hay elementos que apunten a un acto criminal, pero por el momento no descartamos ninguna pista".
Según los bomberos, el techo se fracturó en pedazos en una superficie de diez metros cuadrados. Ayer por la mañana, los servicios de socorro difundieron una fotografía en la que se veían los asientos de fieltro rojo cubiertos de cascotes y trozos de vigas.
El teatro se encontraba ayer acordonado, y las búsquedas en su interior han terminado, según los bomberos.
Los servicios de socorro atendieron a 76 heridos, de los cuales 58 fueron ingresados en cuatro hospitales de la capital británica. Siete pacientes estaban graves, aunque su vida no corre peligro.