La Justicia quiere saber de qué arma salió la bala que terminó con la vida del joven Moisés Figueroa (23), quien murió en un tiroteo entre policías y unos presuntos ladrones, ocurrido el viernes en la calle Buenos Vecinos, del asentamiento Bap, en Guaymallén.
El dato relevante de la jornada de ayer es que por orden del fiscal Tomas Guevara, personal de Policía Científica empezara a analizar el plomo que fue encontrado en el cuerpo de la víctima, luego de realizarse la necropsia.
Así las cosas, la idea del investigador es saber cuál de todos los policías implicados en el hecho terminó con la vida del joven conocido en la zona como "El Chilenito", tras dispararle con su arma reglamentaria.
Por lo pronto, los cinco uniformados que intervinieron en el tiroteo están identificados y sus armas en poder del fiscal.
Por el momento, se han abierto dos expedientes: uno por agresiones, donde hay dos personas detenidas e imputadas; y otra por averiguación muerte, causa que aún no tiene imputados.
Según un uniformado, uno de los detenidos disparó un arma porque ya le realizaron a los sospechosos pruebas de dermotest para saber si, realmente, dispararon armas de fuego.
Tiroteo inesperado
Todo comenzó el viernes a la noche cuando unos 5 policías se encontraban en dos móviles, detrás de una estación de servicio cercana al asentamiento Bap, cuando apareció una mujer diciéndoles que había visto a algunos individuos transportando lo que sería el resultado de un robo.
Los uniformados, entonces, se fueron caminando y se ocultaron detrás de unos matorrales, en un descampado, a la espera de los presuntos ladrones que, según los uniformados eran al menos 6. Lo cierto es que ni bien quisieron detenerlos, comenzó un tiroteo en el que perdió la vida Moisés Figueroa.
Minutos más tarde el fiscal llegó a la escena del crimen y vio que el personal de Cinética había detectado al menos 14 vainas de las armas de los policías y otras tantas de armas de otro calibre que fueron disparadas por los delincuentes. También se secuestraron dos armas, una 9 milímetros que estaba a medio metro del cadáver, y otra que Figueroa empuñaba y que nadie había visto porque el cuerpo estaba boca abajo.
Un ayudante fiscal tuvo que correr a un detenido
El ayudante fiscal que ayer estaba de turno en la oficina fiscal 9 de Guaymallén tuvo que salir corriendo detrás de un detenido que decidió escapar mientras era imputado.
A las 8 de ayer, el ayudante fiscal en cuestión estaba imputando a una individuo por robo agravado. Previo a remitirlo a un penal, el detenido decidió probar suerte y salió corriendo de la oficina.
El ayudante fiscal, que nunca había vivido una situación similar, decidió salir corriendo detrás del hombre, junto a un policía que también se encontraba en el lugar.
Finalmente, lo hallaron debajo de un auto. El hombre fue llevado en un móvil hasta la oficina fiscal 9 y luego quedó preso en Boulogne Sur Mer.