Investigación de punta: la Universidad y el conocimiento científico

Barón se refiere en esta nota a la investigación científica que se realiza en la Universidad Nacional de Cuyo.

Investigación de punta: la Universidad y el conocimiento científico
Investigación de punta: la Universidad y el conocimiento científico

Cuando nacieron las instituciones universitarias, en general, eran instituciones puramente educativas. Es decir, la actividad académica, entendida como el proceso de enseñanza-aprendizaje, era su único objetivo.  En sus aulas se formaban los nuevos "doctos" en los temas que ya eran conocidos, en general en leyes y luego en medicina.

En la Argentina las diversas universidades nacieron con el mismo enfoque, la docencia. Una novedad en el sistema universitario fue la Universidad Nacional de La Plata, donde aparece la temática de la investigación científica como una actividad afín a la docencia, de cualquier modo de manera incipiente.

Es a partir de la reforma de 1918, y de la creación de universidades "reformistas", como la del Litoral, o nuestra Universidad Nacional de Cuyo, cuando las universidades argentinas se reorientan de manera directa a realizar docencia, investigación científica, y también transferencia a la comunidad.  Este nuevo enfoque cambió de una vez y para siempre el papel social de las universidades del país, y fue el ámbito donde la investigación científica arraigó en nuestro sistema universitario público.

Un poco de historia local 

En nuestro medio, y apenas concluida la Segunda Guerra Mundial, la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) comenzó a realizar investigaciones en temas de avanzada. Como ejemplo, ya en 1948 funcionaba en la zona de la Laguna del Diamante un observatorio de rayos cósmicos, donde se hicieron las primeras investigaciones a nivel nacional en Física de altas energías, un honroso antecesor del actual proyecto "Pierre Auger", en Malargüe. También para la misma época la UNCuyo ponía en marcha la primera mina de uranio en Latinoamérica (se llamaba Papagayos, y estaba situada muy cerca del actual campus universitario).

Si tenemos en cuenta la época, estamos hablando de una universidad con menos de diez años de existencia, realizando investigación científica de punta a nivel mundial.

Esto fue posible gracias a la visión preclara de académicos y rectores que vieron a la universidad como el lugar apropiado para generar ciencia.

La transferencia de estos conocimientos científicos fue también prioridad en la UNCuyo, y como ejemplo vale señalar que la experiencia adquirida en prospección y extracción de uranio, fue transferida a la Comisión Nacional de Energía Atómica, creada en 1950, dando nacimiento a su Gerencia de Exploración (actualmente ubicada en un predio cercano a la plaza de Godoy Cruz).

La afinidad temática, y la vocación por la ciencia, llevó luego a la creación en 1955 del Instituto de Física (hoy Instituto Balseiro), en San Carlos de Bariloche, donde se exige que los profesores sean investigadores activos, y donde los estudiantes participan necesariamente de proyectos de investigación durante su formación.

A nivel nacional es importante la creación del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) en 1958, con el empuje del Premio Nobel Bernardo Houssay, que nace para fomentar la investigación científica en las universidades (!).  Es importante conocer que en su nacimiento, el Conicet no tenía institutos propios, sino que contribuía al desarrollo de los grupos de investigación universitarios. Recién durante los gobiernos militares, y por razones ideológicas, surge la iniciativa de "separar" la ciencia de la universidad, lo cual representó un enorme atraso en el desarrollo científico nacional, ya que vino acompañado por la emigración de muchos científicos.

Es claro que el desarrollo científico en la Argentina ha tenido logros y sinsabores.

Qué es investigar

A veces la gente imagina la investigación científica como un acto inspirado, creativo, naturalmente espontáneo. La verdad es que está muy lejos de eso, la investigación es planificada con detalle, con objetivos claros, tareas definidas, métodos aprobados, con recursos previstos en el lugar y en el tiempo (tanto físicos como humanos) y con resultados esperados. Los investigadores deben preparar muy buenas propuestas para poder conseguir (en ámbitos concursables) los fondos necesarios para llevarlas adelante.

En la UNCuyo se financian más de 600 proyectos por año, y de hecho más de la mitad de nuestros docentes son también investigadores. Y muy importante, un docente que investiga, ¡es mucho mejor docente!

Los campos de investigación exceden a los tradicionales de ciencias naturales y exactas, y hoy tenemos una gran comunidad científica en temas sociales, culturales, legales, artísticos, comerciales, y muchos en campos trans- y multi-disciplinarios.

El acceso a publicaciones de manera inmediata, la conectividad entre investigadores de diversos lugares del mundo, y la evolución de las herramientas para publicación y presentación de resultados, ha acelerado las tareas de los investigadores y potenciado sus capacidades, de manera sinérgica.

Todo esto es posible en nuestra UNCuyo, que transita sus primeros 80 años con un significativo aporte al bienestar de toda la comunidad a partir de sus investigaciones científicas.  Sin descuidar la formación disciplinar, está continuamente generando y transfiriendo nuevos conocimientos y saberes.

(*) Vicerrector de la UNCuyo

Doctor en Ingeniería Industrial-Univ. Politécnica de Madrid.

Doctor en Ingeniería Industrial-Instituto Balseiro (2003).

A partir de la reforma de 1918, y de la creación de universidades “reformistas”, como  nuestra Uncuyo, es cuando las universidades argentinas se reorientan de manera directa a realizar docencia, investigación científica y también encarar transferencia a la comunidad a la que sirven.

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