DGE investiga a directivos por caso de bullying

La víctima, una niña de quinto grado, se cambió de escuela. La Junta Disciplinaria inició un proceso administrativo.

DGE investiga a directivos por caso de bullying
DGE investiga a directivos por caso de bullying

Una niña que asistía a quinto grado de la escuela Patricias Mendocinas de Ciudad fue objeto de diversos hechos de hostigamiento.

Le decían que era burra, que era negra, la empujaron y se quebró un pie, le cobraban para dejarla entrar al baño, le pegaban para quitarle la merienda. Como en lugar de quedarse callada respondía, no fue identificado como un caso de bullying por los docentes y directivos. Hasta que un día le dijo a su mamá que si la seguía enviando a clase se iba a matar.

Hoy, la pequeña asiste a la escuela Manuel Lainez, también de Ciudad, donde la han contenido, logró elevar sus notas y no ha tenido problemas con sus compañeros.

Pero la madre, Leticia González, decidió dar a conocer la historia de su hija para evitar que otros niños y padres pasen por la misma situación. La historia fue difundida por Diario Uno y generó sorpresa e inquietud en otros padres, como también, que interviniera la Junta de Disciplina.

En diálogo con Radio Mitre, la mamá explicó que, debido a que el padre es de raza negra, la nena tiene piel color canela y cabello rizado, lo que al parecer fue el motivo de que comenzaran las burlas y los descalificativos. Leticia González detalló que cuando la pequeña -no se menciona su nombre para preservar su identidad- se quebró el pie, le dijo que había sido un accidente.

Un año después, se enteró por otra compañerita que la habían empujado. Al preguntarle qué había pasado, la niña se largó a llorar y le dijo que le decían que era burra, que era negra y que era adoptada (porque su madre es rubia). A lo que agregó que no quería volver a la escuela y que si la mandaba se iba a matar.

La preocupación de González se agravó cuando acudió al Inadi para hacer la denuncia y le comentaron que hay chicos que llegan al suicidio por el hostigamiento que sufren, sin que sus padres conozcan lo que ocurre.

En declaraciones a otros medios, la directora de la escuela Patricias Mendocinas, María Luz Cerdán, manifestó que las bromas entre compañeras son habituales y que la chica no se quedaba callada, por lo que no consideró que se tratara de un caso de bullying.

Pese a que ayer Los Andes fue al establecimiento, no se pudo hablar con ella, ya que llegó a las 13 y se reunió de inmediato con las supervisoras del área. Otra integrante del personal directivo indicó que iba a ser imposible comunicarse ese día.

Durante la mañana, supervisoras del área habían estado reunidas con las vicedirectoras y poco antes del mediodía se presentaron en la escuela integrantes de la Junta Disciplinaria.

Esta entidad está conformada por representantes del gobierno escolar, del sindicato y de los maestros. Sin embargo, integrantes de la Junta plantearon que no podían aportar ningún tipo de información para no interferir con el proceso.

Desde la Dirección General de Escuelas explicaron que se trata de un ente autónomo y que, cuando resuelvan qué responsabilidad le cabe a la directora, harán llegar su dictamen a la titular del gobierno escolar, María Inés Abrile de Vollmer.

En tanto, María Rosa Sfeir, directora de Orientación y Apoyo Interdisciplinario a las Trayectorias Escolares, comentó que se enteró de la situación hace unos dos meses, cuando la mamá ya había decidido cambiar de colegio a la nena. Pero la mujer quería dar a conocer lo ocurrido porque consideraba que el procedimiento había sido irregular.

En conjunto con la madre, indicó Sfeir, decidieron que, pese a que la niña se siente bien en la nueva escuela, lo más conveniente es continuar durante un tiempo con el abordaje terapéutico de la pequeña. Es que esa dirección (Doaite) trabaja, precisamente, con los alumnos, mientras las acciones administrativas corresponden a la Junta de Disciplina.

Cuando retiraban a sus hijas, otras mamás, de niñas de segundo y cuarto grado, se mostraron sorprendidas con lo ocurrido. Una planteó que a su pequeña la estaban ayudando con ciertos problemas de aprendizaje, otra que la nena no le ha comentado que ocurra algo parecido con sus compañeras y una última señaló que su hija usa anteojos y por eso está atenta a posibles bromas pero no ha habido inconvenientes hasta ahora.

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