Luces y sombras hay en el sector petrolero y un panorama a priori incierto. Hacen falta más inversiones para poner a producir otras áreas que hoy están inactivas. Otra vez la polémica Chachahuén, que no es la zona más productora pero crece explotando apenas 72 kilómetros cuadrados de superficie. Pero Chachahuén tiene más superficie, unos 3.000 kilómetros cuadrados, la mitad se está explorando y tiene potencialidad en petróleo pesado.
La inversión en exploración también es clave para saber dónde perforar y sacar el petróleo del futuro. Según el secretario de Energía e Hidrocarburos, Pedro Sánchez, en 2012 se invirtieron en buscar nuevos yacimientos algo más de 48 millones de dólares; en 2014 fueron algo más de 92 millones de dólares. Para este año hay cerca de 96 millones de dólares comprometidos.
Un detalle acerca de la inversión. De los u$s 92 millones del año pasado, 79,7 millones fueron a lo que se conoce como exploración complementaria; para traducir a lenguaje cotidiano, es la búsqueda de nuevos pozos en un yacimiento en producción, para sacar hasta la última gota de ese yacimiento. Sólo 12,5 millones fueron para buscar nuevos yacimientos.
En lo comprometido para este año casi 54 millones son para la búsqueda complementaria. Cabe aclarar dos cosas: primero, la exploración complementaria es más rentable porque hay más posibilidades de éxito; segundo, durante el gobierno de Celso Jaque no hubo plata para nuevos yacimientos.
Chachahuén es un capítulo oscuro. En los pasillos de Casa de Gobierno se escucha decir: “Vila y Manzano fueron más vivos que nosotros”. Ellos se quedaron con el área en 2008, pero no se empezó a sacar petróleo de ahí hasta fines de 2011, cuando entró YPF en la sociedad. Ese área podría habérsele quitado a las petroleras originales por incumplimiento, pero ahí están aún, como socios minoritarios de YPF.
Otra sombra que pone en duda los controles es Chañares Herrados. En el Ministerio de Energía saben que no se ha cumplido con las inversiones, pero tampoco parece haberse actuado para quitarles la concesión. El caso fue ampliamente tratado por este diario, puesto que es objeto de una investigación penal desde fines del año pasado.
Más control
Un avance es el control de la producción a través de la medición telemétrica. Los desprevenidos podrían suponer que se instala un medidor en cada pozo, pero no es así; en parte porque no todos los pozos están en producción y en parte porque lo que sale del pozo no es lo que se llama petróleo en especificación comercial, es decir limpio de barro, agua y otras impurezas.
Hay 262 estaciones de medición distribuidas en toda la provincia, ubicadas en las zonas en las que se concentra petróleo proveniente de varios pozos y particularmente a la entrada y salida de las plantas de tratamiento.
Es bueno contar con esta herramienta y no quedar sujeto a la voluntad de informar de las empresas petroleras por vía de declaración jurada, pero la titular de la Dirección de Regalías, Alejandra Maradona, dice que el sistema no es absoluto y que hay que completarlo con inspecciones periódicas.
Un detalle que siempre aparece como excusa, pero que es relativamente cierto: el precio internacional del barril de petróleo. Es cierto que ha caído en el último año y que esa caída desalienta inversiones, pero la incidencia en Argentina es relativa, porque la Secretaría de Energía de la Nación fija un precio del barril para el mercado interno.
En realidad son varios precios. En Mendoza para el petróleo extraído en el norte de la provincia el precio es de 66 dólares, para la zona conocida como Malargüe Norte el precio es de 63 dólares y para Malargüe Sur el precio del barril es de 77 dólares.
Sobre este precio es que las petroleras le pagan a la Provincia las regalías, por eso es que, a pesar de la caída de la producción, la recaudación crece, en la medida que el dólar sube su valor.
Según la Dirección de Regalías, el 90% de las áreas de explotación en que se divide Mendoza paga el 12% de regalías. Un tardío comentario para responder acerca de la reducción de la alícuota que benefició a Chachahuén, que pagaba el 23% y que a partir de junio paga el 18%.