¿Argenzuela o Venetina? “En la psiquis de muchos inversores está latente una posible venezualización, entonces cualquier tipo de activo argentina se desploma”, opina Mariano Sardáns, CEO de FDI, en alusión a lo que cotiza el bono ‘Alberto’, como le dicen en la jerga al AF20, ya que las iniciales coinciden con la del candidato presidencial del kirchnerismo y rinde 300% anual en dólares, contra 28% que rendía antes de las PASO.
Se trata de un bono dual, que paga en pesos al tipo de cambio en que esté el dólar el 13 de febrero del 2020: de ahí la incertidumbre por un eventual desdoblamiento cambiario, y por eso rinde mucho más que el Bonar 2020, que paga directamente en dólares y rinde 135% anual, contra 17% anual que rendía antes de las PASO.
Hoy incluso rinde por encima de bonos venezolanos, que están al 100%. Esto provocó que los fondos buitres asomen sus narices por estos horizontes ante este tipo de rendimientos, en un mundo donde reinan las tasas negativas.
“Siguen mirando y preguntando pero no vimos interés por comprar a estos niveles todavía”, indica un banquero que conoce sus movimientos de cerca, al punto que suele ser muy consultado por los propios hedge funds.
No es para menos: el AF20 duplica la inversión en dólares en menos de seis meses, siempre cuando se pague en tiempo y forma, claro está, por eso no es apto para cardíacos y sólo para inversor de riesgo extremo. “Los precios ya descuentan un alargamiento de plazos”, advierte Daniela Wechselblatt CFA y titular de DW Global Investments.
Explica que, cuando se está cerca de un escenario de default, lo que pasa es que todos los bonos terminan teniendo un precio similar, porque se acercan a un precio de recupero:
“Los más largos quedan con TIR más baja y los más cortos con TIR más altas, se refleja con curva invertida, que es la que precede a un default o a una recesión. Lo peor que puede llegar a pasar es un escenario de default con quita grande, que de un valor de recupero entre u$s 30 y u$s 40 cada u$s 100 sin un plazo estipulado. El mejor y prácticamente imposible es que pague y no defaultee y el intermedio sería un valor de recupero del 50 o 60% del valor nominal”, estima Wechselblatt.
Mauro Mazza, de Bull Market Brokers, sostiene que el mercado pricea una quita muy grande, “porque tenemos un problema serio, no tanto en los vencimientos de capital sino en los pagos de intereses. El problema es que tenemos un agujero de u$s 12.262 millones para el año que viene, y eso no hay forma de cubrirlo, por eso la idea es quita del 50%. No sirve una quita del 25% o canje a la Uruguaya, porque no impacta tanto en la deuda total privada. Sí o sí debe ser una quita y grande, y ahí surgen los problemas de qué bonos podrían ofrecer. Nadie aceptaría como en 2005 un bono PAR largo con cupón del 2% y unos derivados del PBI. Argentina agotó su propia innovación”.