El cambio de gobierno implica una modificación sustancial en la forma de concebir la política y llevarla a la práctica. La mayoría de la ciudadanía votó cansada de un largo período de populismo radicalizado que ha terminado devastando la economía, deteriorando gravemente las instituciones, introduciendo divisiones en la sociedad a partir de una demoledora propaganda que inventó una realidad inexistente. Es en este punto donde se plantea una de antinomias difíciles de superar, quienes se van del gobierno creen, están convencidos, de la existencia de esa realidad, que para otra parte de la sociedad no sólo es una ficción sino un engaño. No se trata de una discusión ideológica, se trata de saber, de dilucidar, con los instrumentos que la ciencia y la técnica disponen, cuál es la verdadera situación en que se encuentra el país. Como cualquier situación similar en el traspaso de una empresa se trata de realizar el inventario de la herencia, se trata de saber con claridad de dónde se arranca.
Hace poco tiempo desde esta columna apoyamos la realización de una auditoría de la situación de nuestra provincia, solicitada por el gobierno de Alfredo Cornejo y que aceptó realizar la Auditoría General de la Nación. Trabajo que ya está en marcha. Es obvio que una auditoría e inventario a nivel nacional es una tarea mucho más compleja y difícil, no se trata de los conocidos “libros blancos” que escriben los “ganadores” sobre lo que hicieron los “perdedores”. Sin perjuicio que quienes llegan al gobierno tienen todo el derecho de dar su opinión, de decir cómo encontraron el país, la conferencia de prensa brindada por el nuevo director del Indec, Jorge Todesca, describiendo el grado de destrucción del organismo estadístico, es un buen ejemplo de ello.
Pensamos que sería conveniente y oportuno que el trabajo de inventariar la realidad lo hiciese un tercero, ajeno tanto el gobierno saliente como al entrante. Es seguro que organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial (BM) o la Comisión Económica para América Latina (Cepal) tienen equipos idóneos para realizar este tipo de trabajo. Se trata de contar con un informe, con respaldo profesional y ético, que evite enfrascarnos en el futuro en discusiones vanas, interminables, inconducentes.
Una enumeración, sólo tentativa, de lo que debería contener el inventario de la herencia muestra la razonabilidad de una propuesta de este tipo. Comencemos por el Banco Central, saber a ciencia cierta cuántas son las reservas internacionales existentes, cuántas de ellas están realmente disponibles, a cuánto asciende la deuda del Tesoro con el Banco. Conocer cómo se realizó, quiénes intervinieron en la operación de venta y compra de dólar futuro. Conocer con precisión la situación de la deuda pública del Estado nacional y las provincias. Cuánta deuda hay en dólares y en pesos, qué monto y características tiene la deuda entre los organismos del Estado, la denominada deuda intraestatal. Cuál la verdadera situación de la Anses y el Fondo de Garantía Solidario, cuántos juicios con sentencia firme se les debe a jubilados que hicieron aportes, cuántos juicios está “cajoneados” en diversos tribunales. Cuál es la posibilidad de que los jubilados que hicieron aportes, que no recibieron una jubilación “de regalo”, cobren el legítimo 82% móvil. Igual tratamiento requiere conocer la situación del PAMI, su financiamiento y prestación de servicios.
Cuál es la situación de la infraestructura de caminos (acaban de morir 40 gendarmes a causa del pésimo estado de la ruta), vías férreas, parque ferroviario, puertos y vías navegables, aeropuertos. Situación de la producción, transporte y distribución de energía eléctrica. Producción de petróleo y gas, importación proveedores y precios. Situación de los servicios de provisión de agua potable y cloacas. Los casos de Aerolíneas Argentinas e YPF, deben ser esclarecidos, tanto en situación jurídica como económica y las contingencias por las medidas que se tomaron.
Un párrafo merece un análisis de la oscura situación de las Fuerzas Armadas: Ejército, Fuerza Aérea, Marina y de seguridad como Gendarmería, Prefectura Naval. Con qué recursos humanos y materiales cuentan. Finalmente, conocer la realidad de la administración pública nacional, sus organismos descentralizados y autárquicos, cantidad y haberes del personal, lugar donde efectivamente prestan servicios.