Lejos, muy lejos parecen haber quedado aquellos años en que contar con una línea de telefonía fija en un hogar convertían a este inmueble en algo muy cotizado y prácticamente de lujo (como para ubicarnos cronológicamente, esto data de principios de los ‘90).
Ni hablar si la comparación más próxima era la de interminables filas de personas en la puerta de un locutorio de Entel con intenciones de hacer una llamada de unos pocos minutos, algunos años antes a la época mencionada.
Actualmente, en plena era de las telecomunicaciones y donde hay casi dos teléfonos celulares por habitante en Argentina, la línea fija se ha convertido en un estorbo para muchos.
Porque es el nexo inevitable con aquellas llamadas spam que pocas veces estamos deseando recibir (grabaciones automáticas que ofrecen servicios que quizá nunca contratemos, promociones a políticos e incluso el contacto con encuestadores que sólo buscan completar planillas).
De acuerdo a un estudio de la consultora Carrier & Asociados, son los hogares adultos quienes mantienen con vida a las líneas fijas (81% de los consultados en este rango reconoce usar el teléfono para hacer y recibir llamadas), mientras que en los hogares jóvenes (donde habitan los “Millenials” -personas de entre 18 y 32 años-) 57 por ciento de los consultados respondió no utilizar este servicio, al menos para llamadas.
En todo el país hay 9.880.000 líneas vigentes, de las cuales 379.246 están en Mendoza (casi 4 por ciento del total y la quinta con más accesos en el país).
No obstante, hay una prestación y utilidad secundaria (por decirlo de algún modo) que sigue manteniendo la necesidad de tener una línea y por lo que -según destacaron desde Telefónica- “el consumo de telefonía fija se mantiene estable en los últimos años, sin grandes variaciones”: internet.
Es que muchas empresas que prestan este servicio precisan de una línea para llevar banda ancha al hogar por medio de la tecnología ADSL. Es decir, y como sostiene el informe de Carrier & Asociados, las líneas de teléfono fijo se convierten en infraestructura de banda ancha y es el único motivo porque en muchos hogares la mantienen y hasta contratan una nueva.
“Tenemos línea porque nos la piden para poder tener internet (Speedy), pero no tenemos teléfono ni vamos a tener. No nos interesa porque los dos tenemos celulares de distintas compañías y nos pueden ubicar por ahí, y también nos comunicamos con ese medio. Si tenés fijo, te llaman todo el día y a cualquier hora para ofrecerte promociones y esas cosas. Además no es posible silenciarlo como el celular. Si tenemos que llamar a un 0800, lo hacemos incluso desde el móvil”, destacó Beatriz (29), una de las mendocinas que tiene la línea “de adorno”.
Los números
Las estadísticas del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) confirman la escueta respuesta de Telefónica referida a que el consumo de líneas fijas se ha mantenido estable durante los últimos años. Incluso, si se toma como punto de partida 2008 -había 9.340.000 de accesos-, en adelante el consumo ha ido en alza, al menos hasta hace dos años.
El 2015 cerró con 9.940.000 líneas en todo el país. Sin embargo, al primer semestre de 2016 (de cuando datan las últimas mediciones) había bajado 0,5 y la marca quedó en los 9.880.000 ya mencionados.
En lo que a porcentajes se refiere, casi 46 por ciento de los accesos al servicio son de la provincia de Buenos Aires, mientras que 18 corresponden a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; 7,5 y 7 son de Santa Fe y Córdoba respectivamente, mientras que los 379.246 mendocinos corresponden a 3,8 por ciento.
“Hoy hay compañías que te ofrecen todo: internet, televisión y teléfono (los conocidos Triple Play). Es internet lo que va manteniendo viva a la telefonía fija. Claro que también hay una inercia en la gente que se acostumbró y creció con el teléfono; en los hogares queda como una herencia. Lo mismo que con las empresas y organizaciones”, destacó el consultor especializado en telecomunicaciones Enrique Carrier, director de la consultora que lleva su apellido.
“Creo que la telefonía fija tiene los días contados, pero no será algo inmediato. Esto es algo que se ve con las nuevas generaciones: la voz ya se trasladó en gran parte al móvil. Incluso, la voz se ha convertido en una aplicación. Hoy podés tener Skype o el mismo WhatsApp permite mandar mensajes de voz. La voz es un servicio más de tantos que te da la banda ancha, y ésta ha pasado a ser el servicio operador”, destacó Carrier.
Objeto decorativo del hogar
Muchos mendocinos reconocen usar poco y nada este artículo al que -incluso- varios califican como prehistórico.
“En casa sólo lo usamos para hablar a nuestros padres, y muy de vez en cuando. Y cuando allá suena el teléfono, ya saben que somos nosotros sin necesidad de un identificador de llamadas”, explicó Gabriel (34), quien vive con su novia, tiene fijo para poder tener internet y se llevó un viejo teléfono de lo de sus padres para usarlo.
“También lo tenemos por internet, y cuando llaman por la mañana o a alguna hora extraña no atendemos porque sabemos que o es una máquina que nos quiere ofrecer algo o un telemarketer. Y eso que nos hemos inscripto en el 146 (Registro No Llame, para que la línea quede excluida de este tipo de llamados). Pero no hay caso”, sintetizó Javier (31).
