Interesantes incentivos para pymes

Una de las medidas económicas más positivas es la eliminación de las retenciones a las pymes que hayan exportado hasta 50 millones en 2018.

Interesantes incentivos para pymes
Interesantes incentivos para pymes

Argentina vive una dinámica negativa donde las malas noticias se anteponen a las buenas y donde lo negativo parece más importante que lo positivo. En el paquete de medidas anunciadas por el gobierno para intentar una reactivación de la economía y el consumo aparecieron algunas muy positivas, que eran solicitadas por las pequeñas y medianas empresas y que habían sido omitidas en su momento.

La más importante es la referida a la eliminación de las retenciones a las exportaciones a las pymes que hayan exportado hasta u$s 50 millones en 2018, por lo que exceda a las exportaciones del año anterior. En realidad es una medida beneficiosa para una gran número de pymes exportadoras ya que casi ninguna había llegado a ese nivel. Además, en 2018 hubo condiciones positivas hasta abril, donde comenzó la locura de la corrida del dólar y el posterior traslado a la inflación y luego en octubre se instalaron las retenciones.

Esto de poner impuesto a las exportaciones es como pegarse un tiro en el pie para un país necesitado de divisas y, que además, tiene gran cantidad de economías regionales con un gran número de pymes que ayudan al empleo y la producción exportando a diversos países. Las retenciones siempre se ponían pensando en los granos de la pampa húmeda, que son producciones de poco valor agregado a los cuales cualquier variación del dólar puede mejorar la situación de los exportadores, aunque no siempre de los productores primarios.

Para el caso de Mendoza esta decisión llega tarde en lo que hace a la producción primaria, tanto de frutas como de hortalizas, que ya han terminado su campaña, pero puede ayudar a las producciones agroindustriales, como la vitivinicultura o la agroindustria conservera. En el caso de los vinos, salvo las primeras 10 bodegas, la mayoría no alcanza esos niveles y les ayudaría a posicionarse o mantener sus mercados. También pueden tener un buen efecto en las exportaciones de vinos a granel.

Otra decisión positiva ha sido la confirmación del congelamiento de los ajustes tarifarios hasta fin de año. Si bien el grueso de los ajustes previstos ya se había hecho, quedaban pendientes algunos en gas y luz. Esto es bueno en la medida que le da previsibilidad a las empresas porque, además, las tarifas fueron el vector más importante que impulsó el alza inflacionaria del primer cuatrimestre. Esta decisión tendrá un costo fiscal porque, al no haber más ajustes, se deberá incrementar el monto de los subsidios a las empresas y eso pondrá en riesgo conseguir la meta de equilibrio fiscal acordada con el FMI. Para las empresas y consumidores es una buena noticia, pero todos deben quedar avisados que el año próximo, cualquiera sea el nuevo gobierno, deberán recuperar los mismos subsidios en forma de aumentos tarifarios.

Otra decisión que es importante y afectaba a muchas empresas es la relacionada con la imposición que los bancos hacían a sus clientes de una alícuota por los depósitos en efectivo. El problema en Argentina es que el nivel de bancarización en muy bajo y la cantidad de billetes físicos que circulan es excesiva. Todavía quedan muchos billetes de baja denominación circulando desde la época que el kirchnerismo no quería imprimir billetes de mayor denominación para no reconocer la inflación. El Banco Central decidió no recibir más depósitos de billetes físicos de los bancos, salvo los que fueran a ser destruidos y los banqueros tuvieron que alquilar edificios con bóvedas para guardar excedentes de billetes que ya no caben en sus propias instalaciones Por esa razón comenzaron a cobrarles a los grandes depositantes, como supermercados, farmacias y estaciones de servicio. Ahora, estos mismos establecimientos sirven de cajeros para retiro de efectivo y evitan llevar billetes a depositar. A partir de ahora, los bancos deberán asumir el costo, aunque lo recuperarán de alguna manera.

Finalmente, la decisión de obligar a las emisoras de tarjetas de crédito a pagar los resúmenes de los negocios dentro de los 10 días de presentados es otra decisión que tiende a mejorar la situación, sobre todo, de los comerciantes. Los más chicos debían esperar entre 20 y 30 días para recibir sus liquidaciones y esto les agravaba el costo financiero justo en un momento en que las tasas de interés son elevadas. Además, es justo que puedan evolucionar con su propio capital.

Son un conjunto de medidas que, en sí mismas, no constituyen una solución estructural a la crisis que muchos sectores están viviendo, pero al menos representan un paliativo interesante que ayudará a muchos a seguir peleando esperando una leve recuperación de la economía y poder mantenerse en la pelea diaria.

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