Buceando en el cajón de los recuerdos /
la encontré rutilante y pegadiza /
Está presente en el juego de la mancha, el escondite, o el rin raje, /
y de la nada, aparece cuando gritas el gol de la victoria. /
Es fresca, desprejuiciada y libre, /
puro impulso que brota, como regalo de la especie. /
Viaja sin pausa, prendida de la cola del cometa, /
para dejar en los rostros de todas las galaxias, /
el candor de la vida prometida,/
por ese instante intenso y breve, que desvanece al hambre y los dolores.
En el bebé, es la sonrisa que promueve la palabra, /
y al pasar por la historia como sujetos del lenguaje, /
se convierte en la risa contagiosa, que nos transforma y asemeja, /
por ese instante intenso y breve, que desvanece al hambre y los dolores.