"Ayudar y aprender es parte de lo que queremos lograr porque también es muy importante que los chicos tengan una actividad recreativa diferente a lo cotidiano", contaron Carla Lofrano y Martina Escalante, alumnas de la escuela "Mercedes Alvarez de Segura", de San Rafael que trabajan en la fabricación de instrumentos musicales con materiales de reciclaje.
"Hacemos los instrumentos musicales que luego les enseñaremos a los chicos a usar, al igual que los títeres", explicaron las jóvenes estudiantes de 5° 1ra, que preparan estos elementos dentro de una materia que se denomina Proyecto integrado, y que busca que los adolescentes se hagan partícipes de las realidades de la comunidad.
Esta vez, las chicas eligieron utilizar material de descarte para hacer instrumentos musicales, que luego utilizarán para musicalizar una obra de teatro -también de su autoría- que realizarán con los títeres que también construyen.
Los destinatarios de todo esto serán los chicos de la escuela albergue primaria de El Carapacho, ubicada en Malargüe.
"El proyecto fue elegido entre varios hechos en grupos en el curso. El objetivo es enseñar a reciclar y aprender el sonido a través de una obra de teatro", expresó Martina. Mientras que Carla agregó que "la idea es que los chicos salgan de lo cotidiano, por eso queremos darles una actividad recreativa diferente".
Para concretar la parte del proyecto que más las entusiasma, que es el compartir con los niños los instrumentos, sus sonidos, los títeres y la obra de teatro en sí, eligieron una escuela que tiene una cotidianidad totalmente alejada a la propia.
"En pocos días más vamos a ir a la escuela de El Carapacho. La elegimos porque sabemos que los chicos son muy humildes, no tienen lo que para nosotros es de todos los días", afirmaron. Es que a la escuela primaria, con modalidad albergue, asisten 37 niños con edades que van desde los 4 a los 14 años, y están en la escuela del 1 al 17 de cada mes.
"Hicimos títeres de dedo, de guante o mano y de manopla. Los instrumentos musicales los fabricamos con tubos de cartón con clavos y ornamentados para el caso de los palos de lluvia, tarros de dulce de leche por ejemplo para los tambores, con tapitas de cerveza armamos sonajeros y con latitas de gaseosas fabricamos maracas", explicaron.
Mientras que la obra de teatro fue escrita por un grupo de estudiantes, otro de acuerdo a los personajes y los diálogos se encarga de la escenografía y otro de la música. "Es un trabajo en equipo que requiere que cada uno haga su parte porque es coordinado", dijeron.
El viaje para entregar a los chicos todo lo realizado y hacer la obra de teatro para ellos está planificado para el 13 de junio, si el clima lo permite, ya que se trata de un establecimiento rural al cual a veces no se puede acceder por el estado de los caminos.
"Sabemos que son chicos humildes, nos contaron de las necesidades que tienen, por eso no queremos llegar con las manos vacías así que en forma paralela estamos haciendo una campaña para juntar ropa, calzado, y alimentos no perecederos que queremos llevarles", señalaron Martina y Carla.
"Hasta ahora trabajar en todas estas cosas es entretenido, pero verlos a los chicos va a ser los que realmente nos de alegría", afirmó Carla. "Va a ser una satisfacción muy grande ver a los niños por los que estuvimos trabajando, aún sin conocerlos", concluyó Martina.