La crisis económica que afecta las arcas provinciales, también alcanza a la Obra Social de los Empleados públicos, que ya se encontraba con un desbalance porque la inflación de medicamentos e insumos médicos superó por mucho los ingresos del organismo, y la pandemia viene a agravar la situación. Actualmente, prestadores de instituciones educativas privadas reclaman certezas por parte del organismo, sobre si cobrarán el 100% de sus prestaciones en los próximos meses.
"Estamos trabajando con todas las instituciones a distancia, los profesionales arman videos, llaman telefónicamente, o se comunican por videollamadas a quienes tienen internet, y con el transporte llevamos viandas a las familias que más lo necesitan, y que a medida que aumentan los días de aislamiento, cada día son más", explicó Gustavo Kreschtmar director del Instituto Terapéutico Naranjito, e integrante de Aiepesa, la Asociación de Institutos Educativos Privados Especiales Argentinos que nuclea en Mendoza a 20 de las instituciones que hay en el país.
Sin embargo, el cambio en la forma de trabajo podría reflejarse en la cantidad de prestaciones que la Obra Social de los Empleados Públicos cubra. “Todavía la Osep no se ha expedido sobre cómo vamos a trabajar en adelante, pero está pagando en cuotas las prestaciones anteriores, ha pagado el 50% de las prestaciones del mes de diciembre (por contrato, la facturación se hace entre los 60 y los 90 días)”, explicó.
Kreschtmar comentó que esperan que se replique lo que se decidió a nivel nacional, cuando “ante obras sociales sindicales que manifestaron que pagarían el 50% de las prestaciones del servicio, debió intervenir Germán Ejarque (contador y presidente de la Asociación Civil por Más Inclusión) para que se revirtiera la situación y tanto la Superintendencia de Salud, como lo que paga Pami cubrirá el 100% de las prestaciones”.
Pero en cuanto a Osep, asegura que "no hay certezas sobre lo que pasará con marzo y abril, no se sabe si se va a reconocer el 100% de las prestaciones, porque en la provincia no se han expedido, y está generando zozobra".
“Hay que tener en cuenta que estamos hablando con personas con discapacidad mental (niños, adolescentes y adultos), acostumbradas a una rutina, a sus compañeros y terapeutas. Y esta situación les genera un shock. Las instituciones nos tuvimos que adaptar con mucha velocidad, y estar cerca de los chicos para acompañarlos más que nunca”, cerró.
La respuesta de Osep
El reclamo de Keschmar es “legítimo”, según explicó el doctor Carlos Funes, director General de Osep. “Venimos atrasados, estamos pagando diciembre y algo de enero, es decir que venimos con dos meses de retraso, y estamos haciendo un gran esfuerzo para regularizar la situación completó”.
Funes señaló que a partir de que se declaró la pandemia, y el aislamiento social en Argentina, las prestaciones por discapacidad bajaron, porque o se traslada gente de su domicilio a las clínicas de rehabilitación y no se están haciendo prestaciones en los domicilios, a excepción de casos en las que se pone en riesgo la vida del paciente. "Si no están haciendo transporte, o están trabajando menos, de hecho, van a cobrar mucho menos", agregó.
Sin embargo, más allá de la lógica, el titular de la Obra Social de los Empleados Públicos, aclaró que están trabajando en alternativas para que nadie deje de trabajar, que no cierren instituciones, ni se reduzcan los prestadores de transporte de ese sector. "Estamos haciendo un esquema de pagos, los números de la obra social no nos permiten mucho más, y a eso hay que sumarle todo lo que genera la pandemia (mayores gastos en insumos y compras para stock)", dijo.
Pero los problemas financieros de la obra social son anteriores al 20 de marzo, el presupuesto no permite refuerzos ni incrementos más allá de los salariales y mientras que los sueldos de los estatales, atados a la inflación llegaron al 50%, la inflación en salud alcanzó el 94%. "Esa situación es la que desfinancia a los sistemas", advirtió Funes.
“Toda esta situación se traslada a las clínicas, médicos, proveedores de insumos, y todos los rubros y profesionales, como los odontólogos, a los que la obra social abastece”, comentó el doctor y explicó que por esa razón se generaron esquemas de pago que permitan cubrir todo el sistema, aunque sea en parte.
La deuda del organismo es dinámica, pero el titular de Osep asegura que terminará el año con la necesidad de un "refuerzo presupuestario", ya que mientras que muchos los insumos médicos están dolarizados y sus precios continuarán en alza, no es de esperar que los aportes de los empleados estatales aumenten por encima de la inflación con un Estado con reacaudación a la baja (producto de la caída general de la actividad económica).
El gran gasto de Osep
Funes explicó que la obra social gasta más de 300 millones de pesos por mes en medicamentos e insumos descartables, en donde los que se utilizan para tratamientos de mayor complejidad (oncológicos, por ejemplo), ocupan la mayor parte, pero también se incluye la parte de las compras en farmacia por tratamientos ambulatorios que cubre la Osep a sus asociados.
"Tenemos que ver cual puede llegar a ser el camino, porque la obra social tiene un presupuesto determinado y no puede salirse, y al mismo tiempo buscamos que den los números. El gran desafío es tratar de equilibrar el desfasaje de la inflación en salud, y es algo que afecta no solo a Osep, sino a cualquier obra social sindical", cerró el titular de organismo.
La situación en clínicas y sanatorios
El Doctor José Luis Sánchez Rivas, presidente de la Asociación de Clínicas y Sanatorios de Provincia de Mendoza (Aclisa), señaló que por el momento el panorama es diferente, los pagos de Osep no se han retrasado más de una semana (el contrato también define 60 días de plazo), y lo mismo ha sucedido con prepagas y otras obras sociales sindicales
Sin embargo, la pandemia mostrará sus efectos económicos para las clínicas y sanatorios privados en los próximos meses. "No estamos trabajando con cirugías programadas, que es el grueso de nuestra actividad, y tenemos entre un 25% y un 30% de los pacientes que teníamos antes".
Así, las bajas de marzo y abril comenzarán a notarse en junio y julio, y con una ampliación de la cuarentena, se extendería igualmente la caída de la facturación de las clínicas.