Parado detrás del mostrador, Pedro Yamin (97) observa todo lo que pasa en la farmacia y se siente complacido por la evolución de su negocio. Pero cuando tiene ante su vista una jeringa de vidrio, un pilón en el que solía preparar pomadas y un frasco repleto de pastillas antiguas, sus ojos se iluminan y parecen transportarlo a sus épocas de juventud, cuando todo era muy diferente. "Recorro, miro las estanterías y recuerdo viejos tiempos. Estoy muy orgulloso de cómo está todo hoy pero me parece increíble que haya cambiado tanto", cuenta con franqueza.
Es que don Pedro, como es conocido por todos, abrió las puertas de la farmacia Yamin en Corralitos, Guaymallén, hace 70 años, y como sigue trabajando ha logrado convertirse en el farmacéutico más longevo en actividad de Mendoza y tal vez de todo el país.
A su lado se encuentra su hija menor María de los Ángeles (48), la única de sus cuatro vástagos que siguió su profesión y la actual responsable de la farmacia familiar. "Deposito toda mi confianza en ella y es una gran tranquilidad", asegura Pedro, quien detalla que tiene otros tres hijos: Norma, Diana y Pedro, además de 11 nietos y una bisnieta. "Fue la única que nació con los ojos celestes como yo", destaca.
Él vive detrás de la farmacia junto a su segunda esposa Elda (91), una mujer muy enérgica y quien lo impulsa a seguir. Todas las mañanas luego de desayunar se cruza a su negocio, donde tiene como principal tarea controlar el stock. "Hace un escaneo y si falta algo solicita a las chicas que hagan los pedidos", precisa la hija. Además sigue en contacto con los clientes, quienes lo saludan afectuosamente. "El contacto permanente con la gente lo ayuda a uno a mejorar", comentó el hombre.
Ladrillo por ladrillo
Don Pedro nació en Villa Mercedes, San Luis, y fue uno de los 13 hijos de una pareja de inmigrantes libaneses. A la hora de estudiar eligió la carrera de Farmacéutica, para lo cual tuvo que trasladarse a la ciudad de Córdoba. Luego de recibirse en 1948 -tal como testimonia su título colgado en una de las paredes del negocio- se mudó a Mendoza.
En la provincia tuvo su primera farmacia en Rodeo de la Cruz, hasta que encontró su terreno soñado en Corralitos. “Empezamos a construir ladrillo por ladrillo”, destaca Pedro. Su hija explica que en esa época ese distrito guaymallino era solo una huella a la que no se podía acceder con vehículos, por lo que su padre tuvo que trasladar los distintos materiales en bicicleta.
Una vez terminado el inmueble abrió las puertas del negocio. “Ponía inyectables todo el tiempo. Como había jeringas de vidrio y no descartables, después de usarlas tenía que hervirlas”, recuerda. Allí él también preparaba recetas magistrales. “Cuando había alguien enfermo había que levantarse a cualquier hora. Fue un gran sacrificio pero lo soporté”, dice.
Pero más allá de los medicamentos que preparaba y comercializaba, lo fundamental para el farmacéutico fue siempre priorizar el trato con el cliente. “Cuando recibís a una persona que viene con una dolencia, lo tenés que hacer con la mejor sonrisa. Eso no lo enseñan en la facultad, sino que me lo transmitió mi papá”, subraya su hija.
Así es que Don Pedro se hizo conocido en todo el pueblo y hasta hoy es una persona muy querida. “Por la calle la gente me conoce y me saluda. Es un placer encontrar que opinan bien de uno y el sentimiento que les queda por mí”, manifiesta.
Siempre adelante
Tal como cuenta su hija, el farmacéutico trabajó “a full” hasta los 85 años, cuando sufrió una maculopatía que afectó su visión. “Pero hoy sigue atento a todo y no tiene pensado retirarse”, asegura. Así lo reafirma el mismo Pedro, para quien su trabajo y su familia lo son todo.
“Muchos clientes me preguntan si todavía estoy trabajando... ¿cómo no lo voy a estar, si tengo espíritu joven?”, manifiesta con alegría. Es que, a pesar de los años, se siente bien y camina sin bastón.
Día del farmacéutico
Con motivo de la conmemoración de la fundación de la Confederación Farmacéutica Argentina en 1935, hoy se celebrará el Día del Farmacéutico en todo el país. En este día se destaca el amplio abanico de actividades sanitarias que desarrollan los farmacéuticos más allá de la dispensación de medicamentos, haciendo hincapié en el concepto global de acceso a la salud.
Múltiples distinciones
Don Pedro Yamin ha recibido diversos reconocimientos durante los últimos años, tanto desde el Colegio Farmacéutico de Mendoza y la Cooperativa Farmacéutica de Mendoza como desde la Legislatura Provincial. Este último fue en 2016, cuando desde la Cámara de Senadores se le otorgó una distinción por su labor y compromiso sanitario y social, tanto en su comunidad como para toda la provincia.