Hay en Junín un monumento que es homenaje "al agua y el trabajo". La obra corona la rotonda de la ruta 60, en Los Barriales, y parte de su sistema de iluminación, que simula por las noches una potente cascada que cae desde una compuerta de riego, ha sido tomado como blanco por algunos vándalos que, periódicamente, se roban las cintas de led para iluminar con ellas las ruedas de sus motos o el chasis de algún auto.
La comuna ha hecho las denuncias correspondientes pero ante la falta de resultados y la reincidencia de los robos, el personal se resigna a reponer el material cada 15 días o un mes.
"Hay gente que no cuida nada y que ha encontrado una manera barata de tunear sus motitos o sus autos viejos: robarse las tiras de led que iluminan el monumento. Es lamentable pero ocurre todo el tiempo y no encontramos solución", cuenta José Vázquez, director de Recursos Físicos de la comuna: "En estos momentos deben faltar un 50% de los led que lleva esa obra y eso que los repusimos hace solo 20 días".
El Monumento al Agua y el Trabajo fue inaugurado en 2013 en la rotonda de calle Miguez y ruta provincial 60, a unos pocos kilómetros del pueblo de Los Barriales; la obra tiene un ingenioso sistema de iluminación que llama la atención de los conductores que pasan por la zona pero también de algunos vándalos del lugar, que imaginan que las tiras de led quedarían más vistosas en las ruedas de sus motitos de baja cilindrada.
“Como es un sistema que funciona con 12 voltios, no es complicado adaptarlo a una moto o un auto y es eso lo que hacen; algunos se las llevan incluso para iluminar sus jardines, pero al no poder probar que son nuestros led tampoco podemos reclamar nada”, cuenta Vázquez y explica que la comuna ha analizado alternativas para frenar los robos e incluso, hasta barajó la posibilidad de enrejar el monumento, una medida drástica que le quitaría buena parte de la vista que tiene el lugar.
"Hay vecinos que nos dicen que pongamos las tiras de led a 220 voltios." José Vázquez, - Municipalidad de Junín.
“Hay vecinos que nos dicen que pongamos las tiras de led a 220 voltios, pero no podemos hacer eso sin poner en riesgo la vida de la gente que se los roba”, señalan desde la comuna, resignados a reponer las tiras de led, que según la calidad pueden ir desde los 1.800 a los 5.000 pesos, explican en el área de Electrotecnia.
Si bien los robos al monumento en la rotonda de Los Barriales resultan insólitos por el destino de los materiales, la verdad es que como ocurre en otros departamentos, el vandalismo a los espacios públicos tiene a la comuna de Junín a mitad de un dilema: avanzar con los proyectos de embellecimiento de plazas o paseos, y sumar así mayores costos de mantenimiento por vandalismo, o intensificar el cuidado de lo que ya se tiene.
“Hay un grupo de pibes que tiene la costumbre de romper alguna farola de la plaza para que todo el lugar quede a oscuras”, cuenta Mario, un vecino de la plaza Belgrano, en La Colonia. Desde la comuna explican que al entrar en cortocircuito una de las luminarias, el disyuntor hace que todo el sistema se apague: “Un principio de solución ha sido elevar los registros de las farolas y las estamos rediseñando para que en las luminarias más altas estén a 3 metros, de esa manera les cuesta mucho más dejarlas en cortocircuito”.
La comuna apela a la colaboración de los vecinos, que en muchos espacios públicos hacen las veces de vigilantes voluntarios: “En las plazas y paseos más concurridos es difícil que haya vandalismo, pero en las más aisladas o durante la noche los casos se multiplican. Solo podemos apelar a que estos muchachos entiendan alguna vez que no tiene sentido el vandalismo porque las plazas se reparan con la plata de todos”.
Homenaje al agua y al vendimiador
El monumento al Agua y el Trabajo tiene 11 metros de altura y una imagen central de una gran compuerta que representa la vida y dos cascadas que simbolizan un camino de esperanza para quienes viven del cultivo de la vid.
En sus márgenes, dos elementos escultóricos elaborados en acero ponen de manifiesto el rol del hombre y la mujer, representando sus actividades cotidianas en las figuras del tomero, el vendimiador y el tractorista, entre otras.
La obra se completa con algunas hileras de espalderos y una representación del desierto. Se inauguró el 31 de agosto de 2013.