Semanas de cuarentena en las que no pueden salir a la calle, pero que tampoco pueden estar tranquilos en sus casas. Con la sensación de que todo el tiempo alguien sospechoso ronda por sus fondos de fincas y esperando los golpes en las puertas de entrada; temiendo siempre la detonación de algún arma de fuego o un disparo. Así viven los vecinos de Los Corralitos, en Guaymallén. Cansados de la inseguridad, suplican ayuda.
"Por lo menos diez veces ya me han robado. No quiero dejar nada a la vista porque te lo sacan; te arrancan las garrafas, se llevan lo que encuentran. Somos clientes de los ladrones". El testimonio corresponde a uno de los tantos vecinos de calle Sánchez que han sido víctimas de la inseguridad. También están los de calle Buenos Vecinos, dos arterias conocidas del distrito que no se salvan de los "amigos de la ajeno":
Estas personas por temor no revelan su identidad, pero los reclamos son contundentes. Los Andes dialogó con una decena de lugareños que expresan su preocupación, su miedo y pidieron de manera desesperada una respuesta.
"Se meten por las fincas y caminan por ahí. No estamos tranquilos, hay mucho miedo".
"Todos los días hay novedades desagradables. No quiero que esperen a que haya un herido o un muerto para que hagan algo", comentó este guaymallino, quien aclaró que hoy armarán un petitorio para entregarles a las autoridades policiales de la comisaría 58.
Reclaman rondines, recorridos de patrullas y una cámara de seguridad. Ya tuvieron charlas con el comisario Raúl Arias, a cargo de la Jefatura Departamental de Guaymallén.
“Pasa de todo. Hace unos días me gritó una mujer de enfrente pidiéndome ayuda, porque al marido le apuntaban a la cabeza con un arma. Anoche (domingo en la madrugada) se escucharon tiros en el camping-perteneciente al club del ex Banco de Previsión Social-”, agregó un vecino.
“Me rompieron la puerta y apuntaron a mi hija”
Otra persona que se anima a contar lo que ocurre en Los Corralitos es una joven madre de calle Buenos Vecinos, que narra lo sucedido en su hogar el 24 de marzo.
"En la madrugada me rompieron la puerta y entraron; le apuntaron a mi pequeña hija y a mi marido. Afortunadamente sonó la alarma y se fueron rápido, si no podría haber sudo una tragedia. Se llevaron plata, fue terrible":
"Esto pasa todas las noches, permanentemente se escuchan tiros. A una familia se le metieron, los tuvieron un mucho tiempo reducidos y amenazaron con cortarle los dedos a la hija. Les robaron de todo", añadió la mujer.
"Entraron cinco hombres encapuchados a mi casa. Me sacaron hasta los remedios".
Por último, recuerda una situación muy particular: "Hace un tiempo estaba haciendo una construcción en mi casa, y aprovecharon que los albañiles no estaban y se llevaron los materiales. No se puede vivir así":
“Hace poco una parejita joven llegó a la calle Sánchez y se hizo su casa. En unos meses los asaltaron dos veces; le pusieron el candado y se fueron”, se lamenta un hombre mayor de la zona.