Inseguridad en centros de salud y hospitales

No hay recetas mágicas para enfrentar la violencia que en ocasiones se ejerce en hospitales y otras unidades de atención de la salud, pero la ciudadanía aguarda que el Estado la enfrente con rigor para acabar con esta lacra de los tiempos actuales.

Inseguridad en centros de salud y hospitales

La inseguridad en centros sanitarios y hospitales de la provincia es otro de los graves problemas que afronta nuestra sociedad, y que padecen de manera directa médicos y personal auxiliar de la salud, compuesto por enfermeros, técnicos y otros prestadores.
Son situaciones indignantes que se centran en los grandes hospitales, como el Central, Luis Lagomaggiore y especialmente el pediátrico

Doctor Humberto Notti. En ocasiones son agresiones a los profesionales en el arte de curar y enfermeros, y se registran mayormente en los servicios de guardia, muchas veces saturados de atención a heridos por hechos violentos que se registran en las calles o el interior de barrios.

Familiares de personas jóvenes que fallecen como consecuencia de heridas de bala o por arma blanca han protagonizado desmesuradas reacciones cuando fueron informados del fallecimiento del paciente por los facultativos, no obstante haber éstos realizado todos los esfuerzos posibles para salvarlos. La respuesta ha sido romper los vidrios de las salas de espera, insultar a los médicos y, en ocasiones, hasta golpearlos.

Lo mismo ocurre con las unidades del Servicio Coordinado de Emergencia, que han sido apedreadas en el ámbito del Gran Mendoza cuando la demora en responder a un llamado de urgencia se ha extendido. Asimismo, no han faltado ocasiones en que el ataque vandálico se ha producido sin mediar razón alguna, por una simple reacción refleja carente de códigos y de un mínimo respeto por el prójimo.

A tal punto se ha sufrido este hostigamiento que determinadas empresas que prestan el servicio de atención y traslado de enfermos, y también las del Estado, han desistido de ingresar a determinadas barriadas que no les garantizan actuar seguros. Se perjudica de esta manera a familias trabajadoras y honestas que nada tienen ver con la crueldad y el desatino de marginales.

Otro hostigamiento son los hechos delictivos, principalmente hurtos, que irían desde efectos personales de pacientes y trabajadores de la salud hasta equipos costosos e importados, fundamentales para el normal funcionamiento de un nosocomio o centro de salud, no siempre equipados como la población necesita. Como si los ladrones y sus allegados no fueran nunca a precisar de algunos de esos elementos que sustraen, privando a otros ciudadanos de la debida atención sanitaria.

Para neutralizar todo este cuadro de situación de alto riesgo en la prestación médica parece atinada la propuesta presentada por la senadora Claudia Najul, consistente en la creación de un programa integral de seguridad en establecimientos sanitarios, regulando la seguridad hospitalaria y detallando medidas específicas y concretas con las que deberán contar los nosocomios y centros de salud.

La condición de comunidad tranquila y laboriosa que pese a todo sostiene y defiende la vida armoniosa, podría verse aliviada de la conducta de grupos que descargan su violencia contra lo primero que encuentran.

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