Inseguridad: algo hay que hacer

La sucesión de delitos que se producen a diario mantienen en vilo a la población. Las autoridades y la dirigencia política en general deberían actuar de inmediato para llevar tranquilidad a la ciudadanía.

Inseguridad: algo hay que hacer

Es tal la catarata de información y tantos los medios que las difunden que suele perderse la percepción de los reales problemas que afectan a la comunidad. De realizarse una encuesta, la situación económica y la inseguridad estarían a la cabeza.

El tema de la inseguridad no es nuevo. Por lo menos los tres últimos gobernadores -incluyendo al actual- en campaña hicieron hincapié en avanzar sobre el delito. Hubo quien aseguró contar con un “mapa” específico, pero no logró sus objetivos en los cuatro años de gestión. En el caso del actual mandatario, Alfredo Cornejo conoce la situación; ocupó la cartera de Seguridad durante un gobierno radical anterior. No se puede pedir que en 100 días el problema quede solucionado pero no se observan mejoras indicativas en el tema.

También debería aclararse que no se trata de un problema que incumba sólo al Ejecutivo; tampoco funcionan los mecanismos judiciales ni las leyes se adaptan a las actuales exigencias. Respecto del Poder Legislativo, es un organismo que funciona visceralmente y se mueve con rapidez cuando se producen hechos graves, como sucedió en oportunidad del asesinato de un turista neozelandés en las inmediaciones del Estadio provincial. Sin embargo, cuando el tiempo dejó en el olvido el hecho policial, también quedó en el recuerdo la gran preocupación de los legisladores.

Más allá del informe que brindó el Ministerio y de los 43 homicidios en estos primeros 100 días de gobierno, podríamos remitirnos a hechos puntuales. Días pasados, Los Andes brindó un amplio informe sobre el robo de cubiertas de vehículos, indicando que un estudio de las aseguradores destaca que se trata de un promedio de 20 neumáticos que se sustraen por día solo en el Gran Mendoza. En este aspecto hay culpas compartidas: si ha surgido un mercado negro es porque alguien lo utiliza; quien recurre a éste no advierte que quizás esté comprando su propia rueda. Pero, si el afectado tiene información sobre dónde se venden los repuestos en el mercado negro, ¿cómo puede ser que la Policía no cuente con ella?

Otro de los delitos que ganó las páginas de los diarios fue el de la estafa cometida por personas afincadas en el acceso Este. Se ha indicado que en algunos casos un mismo vehículo fue vendido entre 10 y 11 veces y nunca entregado. Las denuncias se suceden y se acumulan pero, mientras, los “vendedores” siguen actuando como si nada.

En un tercer plano podríamos referirnos a la cantidad impresionante de delitos que cometen personas que cuentan “con un frondoso” prontuario policial, en algunos casos por hechos muy graves y que se encuentran en libertad. Si han cometido delitos, deberían estar cumpliendo sus condenas y, en este caso, podríamos remitirnos a un proyecto, presentado en la Legislatura, que indicaba que la libertad condicional solo debería ser otorgada en caso de ser el primer delito (no grave). Ante la reincidencia, la pérdida del beneficio y el cumplimiento de la totalidad de la pena. Todo indica que la iniciativa no logró convertirse en ley o, de haberlo hecho, no es aplicada.

El problema de la inseguridad es serio y complejo, por lo que requiere especial atención de las autoridades correspondientes y también de la clase política en general. Se debe actuar con celeridad porque el número de delitos y la gravedad de los mismos se multiplican y mantienen en vilo a una sociedad que lo único que quiere es vivir tranquila y sin sobresaltos.

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