Inquietante caída de las exportaciones mendocinas

El año pasado se produjo una importante caída en las exportaciones de productos de Mendoza, que se profundiza más en el volumen exportado que en el ingreso de dólares. La devaluación del peso puede favorecer la salida de productos pero la inflación vuelve

Inquietante caída de las exportaciones mendocinas

En la eterna discusión sobre si el vaso se encuentra medio lleno o medio vacío, el titular de ProMendoza se refirió recientemente a las cifras dadas a conocer por el Ministerio de Agroindustria y Tecnología, respecto de las exportaciones de productos de la provincia durante 2013.

El funcionario prefirió priorizar el plano positivo, al señalar que hay un núcleo estructural de las exportaciones locales que se mantiene, que logró un importante nivel de competitividad y de conocimiento para seguir abriendo mercados y mantenerse más allá de algunas condiciones que no son positivas.

Razones no faltan al funcionario si nos atenemos a lo que sucedió con una serie acotada de productos, como los vinos espumantes, las ciruelas desecadas, la cebolla, las nueces, los tomates y las papas, pero la realidad demuestra que existe una parte muy importante que ha sufrido una preocupante caída.

Los números dados a conocer surgen de la relación entre lo sucedido en 2013 respecto de 2012, pero también debe tenerse en cuenta que las economías regionales han sufrido los embates de políticas económicas equivocadas durante los últimos tres años, con lo que se deduce que la baja en las exportaciones es mucho más amplia si la comparación la realizamos con lo que ocurría en 2010.

De todos modos y aun tomando un solo año (2013 respecto de 2012) se observa que el año pasado se facturaron 1.660 millones de dólares en las ventas al exterior, mientras en 2012 los ingresos habían sido de 1.744 millones, con lo que hubo una disminución del 4,82%. En lo que hace a volúmenes, en 2013 se enviaron al exterior 901 mil toneladas, contra 1.105.000 del año anterior, con lo que la disminución, en este rubro, alcanzó al 18,52%.

Siempre que se habla de exportaciones se toma como base lo que ocurre con la vitivinicultura, en razón de que el vino, además de constituir “la moneda fuerte” de Mendoza, como se lo calificó en su momento, cuenta con entidades gremiales empresarias que van advirtiendo sobre la situación, ya sea en el plano del crecimiento como en el de los retrocesos.

Pero los inconvenientes alcanzan al resto de los productos y en ese plano podemos señalar lo que sucede con el aceite de oliva, que ha generado inclusive la posibilidad de cierre de algunas empresas; la caída en las exportaciones de ajos, más aún si se tiene en cuenta que la Argentina -esencialmente nuestra provincia- es la segunda exportadora de ajos del mundo, superada sólo por China y otros rubros también importantes, especialmente en el plano de los envasados.

En todos los casos, las advertencias de los sectores productores respecto de los problemas de competitividad que generaban un dólar desfasado junto a una inflación creciente, no fueron escuchadas por las autoridades nacionales, con la consiguiente culpabilidad en la responsabilidad que cabe a las provincias productoras -Mendoza es una de ellas- que no reclamaron con la seriedad que los casos exigían a sus pares nacionales, que sólo se mostraban interesados en lo que sucedía, y sucede, con la soja y la producción de la Pampa Húmeda.

Sólo el tiempo determinará si la revalorización del dólar permitirá recuperar las exportaciones perdidas, aunque debe advertirse que, con el grado de inflación existente, cualquier devaluación pierde importancia.

Un aspecto al que debe agregarse que las medidas han sido tardías, porque se perdió mucho tiempo y las góndolas dejadas de ocupar en los mercados externos demandan años en ser recuperadas.

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