Las cerca de 500 familias que viven de la cría de ganado menor en el Valle de Uco ya no tendrán que viajar hacia el Sur provincial o a Rivadavia para faenar sus animales. Gracias a la gestión común de tres cooperativas ganaderas de la zona, la región ya cuenta con un matadero móvil que, no sólo significará un abaratamiento de los costos para los crianceros, sino que busca revertir el alto nivel de zoonosis presente en los tres departamentos.
La estructura ha sido especialmente diseñada por especialistas del INTI (Instituto Nacional Tecnología Industrial), costó cerca del millón y medio de pesos y sólo hay un antecedente en el país de este tipo de equipamiento, en la provincia de Entre Ríos. Esta sala de faena móvil rotará por los ‘puntos fijos’ que ya están siendo dispuestos por las comunas de Tunuyán y San Carlos para llevar a cabo esta actividad.
A estos establecimientos, donde estacionará el ‘carro matarife’ por un plazo previamente acordado, llevarán sus animales los productores asociados a las tres cooperativas centrales del Valle de Uco: Cerdos Valletanos de Tunuyán, Cooperativa Ganadera de San Carlos y Cooperativa de productores de La Jaula, en el secano sancarlino.
Sin embargo, la idea es que allí también faenen los productores de Tupungato y todos aquellos que trabajen de manera independiente en la zona, pagando a estas entidades lo que se fije en un reglamento interno.
Se cree que en total, son unas 500 familias del Valle de Uco las que se dedican a la cría de ganado menor. En Tunuyán, ya llevan registrados más de 140 productores porcinos.
En San Carlos, el fuerte es la producción caprina, con unas 200 familias que viven de la actividad, sobre todo en la zona de Pareditas y en el secano al sur de ese departamento. En Tupungato, la mayor crianza de chivos en el área de Los Cerrillos, aunque también hay productores de cerdos.
Debido a la falta de un sitio habilitado como matadero en la región, desde hace años los productores chicos están obligados a vender el ganado en pie, con la desventaja en ganancias que esto implica, o terminar faenando de manera clandestina, que según se estima esta práctica alcanza al 50 por ciento de la producción.
Ninguno de los mataderos municipales que funcionaban en los tres departamentos pudo ponerse a tono para cumplir con las normas de higiene y seguridad que el Senasa puso en vigencia en la década del ‘90. Con la inhabilitación de estos edificios, los productores locales perdieron la posibilidad de ser sus propios matarifes.
El último matadero en ser clausurado fue el que funcionaba en la villa de San Carlos, el cual cerró sus puertas en agosto de 2005. Este será ahora reacondicionado como ‘punto fijo’. Graciana Poloni, titular de Planeamiento de San Carlos, explicó que las obras están en la etapa de licitación y se espera que el sitio esté listo para funcionar en noviembre, para la temporada de faena caprina.
En marcha
El departamento que ya tiene todo dispuesto para que empiece a funcionar el matadero móvil es Tunuyán. Este municipio adquirió un establecimiento sobre la ruta 92, en el predio de la ex cooperativa Las Rosas, y lo reacondicionó para cumplir con todas las exigencias sanitarias, tecnológicas y de control que requiere esta actividad en el país.
“En el puesto fijo habrá personal trabajando en forma permanente, pues la faena de cerdos dura casi todo el año. Además, contará con un veterinario y un laboratorio bromatológico, pues la carne será sometida a estudios y saldrá con un sello de calidad. Lo cual significa un aval y tranquilidad para la comunidad de consumo”, expuso Sonia Lambas, directora de Desarrollo Económico de Tunuyán. Esto no es menor, pues la región ha sabido tener altos índices en triquinosis, por ejemplo.
Lo primero que debió realizar Tunuyán fue el estudio de impacto ambiental en el lugar. “La estructura contiene unos biodigestores para el tratamiento de los efluentes. El alto nivel tecnológico con el que fue pensada la estructura, permite trabajar sin emitir olores siquiera”, apuntó la funcionaria.
El establecimiento, a su vez, debe contar con una cámara séptica y otras exigencias pautadas por el Prosap, organismo que consiguió el financiamiento internacional.
El ganado llegará y saldrá faenado el mismo día, por cuestiones de higiene. Aún no hay una tarifa establecida para la faena de cada animal, pero Lambas puntualizó que será el costo mínimo indispensable para el mantenimiento del lugar. La capacidad de esta sala móvil será de ocho animales por semana.
“Se va a dejar de matar debajo del sauce, como muchos dicen”, expresó Damián Morón, un productor de cerdos de Tunuyán. En lo concreto, para el hombre el matadero móvil significará “no tener que perder un día de viaje hasta Rivadavia para faenar, reducir los altos costos de fletes y la posibilidad de contar con carne fresca”. Según apuntó el pequeño productor, ahora tienen “que matar de a diez animales para justificar el viaje”.
Tunuyán viene trabajando con este sector y la comercialización era uno de los puntos flojos. La comuna ha acompañado con asesoramiento y subsidios en la mejora de los corrales y la venta a través del programa de ‘Cerdos para todos’. “El tema de la faena era una cuestión pendiente”, agregó Lambas.