Así como varios tipos de cáncer han dejado de ser letales si se los detecta a tiempo, desde hace algunos años los avances de la ciencia llevaron a un cambio en el paradigma en cuanto a su tratamiento.
La atención oncológica tiene la mirada puesta en un futuro prometedor gracias a procedimientos más específicos y avanza a paso firme hacia la medicina personalizada y la inmunoterapia.
“Las modalidades tradicionales como quimioterapia, radioterapia y cirugía están dando lugar a este nuevo tipo de terapias”, afirmó la oncóloga María Clara Horsburgh, del laboratorio Roche Argentina. La profesional participó del 51º Encuentro Anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (AS CO) que se desarrolló en Chicago y reunió a alrededor de 25.000 oncólogos de todo el mundo.
A su regreso a la Argentina señaló que los especialistas participantes estaban muy entusiasmados por nuevas expectativas que presentan los avances científicos.
“El boom de este congreso fue el gran auge de las inmunoterapias, a las que hace muchos años que se les busca la vuelta y sobre lo cual se han logrado muchos resultados el último tiempo”, destacó.
Explicó que se sabía que el sistema inmunológico reconoce lo que es ajeno al cuerpo y lo ataca, pero en el caso del cáncer la respuesta inmunológica no era suficiente y se estudiaba cómo aumentarla. “Hay células que lo reconocen, pero hay una molécula que en condiciones normales autolimita las reacciones inmunológicas y bloquea el proceso. El cáncer es tan ‘inteligente’ que mantiene esas moléculas siempre activadas”.
De la mano de las monoclonales se logra que eso se revierta y que el tumor no mantenga apagada la respuesta inmune. Esto permite detener el avance del cáncer y una mejor sobrevida para el paciente.
El médico oncólogo mendocino Mauricio Fernández aclaró que al hablar de inmunoterapia muchos lo confunden con una especie de vacuna; sin embargo, se aplica cuando el tumor ya está presente. Dijo que se estudia desde los años 80, pero que recién ahora se han logrado resultados.
“Es el desarrollo más nuevo en oncología y una llave para controlar el cáncer, lo que genera muchas expectativas”. Señaló que en la provincia se usa estrictamente en melanoma, que es un cáncer de piel, y que está por presentarse para ser aplicado en el cáncer de pulmón.
Medicina personalizada
Otro de los pilares que sostienen el futuro de la lucha contra los tumores son los biomarcadores. Son sustancias que presentan algunos pacientes que desarrollan cáncer. Detectarlos permite, por un lado, saber a qué terapia responderá cada paciente y, por otra parte, atacar con mayor especificidad al tumor. Esto debido a que puede utilizarse una droga determinada con mayor certeza sobre la efectividad, por lo que se habla de medicina personalizada.
Pero no sólo eso, sino que además permiten orientar mejor el ataque. Horsburgh explicó que en oncología hay dos tipos de tratamientos: los localizados (que comprenden la cirugía y la radioterapia) y los sistémicos.
“Con respecto a estos últimos, lo tradicional era la quimioterapia, con cierta eficacia y en general bastante toxicidad. Hace algunos años, surgió el concepto de terapias target o terapias dirigidas. Se refiere a drogas que se dirigen específicamente a alguna molécula que aparece en mayor cantidad o en forma anormal en un cáncer”. Al poder identificarlas se pueden usar drogas que la ataquen directamente.
Para comprenderlo mejor, la profesional dio como ejemplo el trastuzumab. Se trata de un anticuerpo monoclonal que reconoce a la proteína HER2, por lo que se utiliza para combatir un tipo de cáncer que expresa mucha cantidad de esta proteína.
Respecto de cómo se aprovechan los biomarcadores dijo que “en el mismo ejemplo del trastuzumab, el HER2 funciona como biomarcador: se puede investigar en la biopsia del tumor de cada paciente si tiene aumentada esta proteína o no. Solamente los pacientes que la tienen aumentada pueden beneficiarse del tratamiento con trastuzumab y otras drogas anti HER2”.
Fernández dijo que en Mendoza se usa este procedimiento para tratar cáncer de mama, colon y riñón y que en el primero gracias a esto se han logrado grandes avances.
Explicó que la quimioterapia es más genérica y que de esta manera pueden usarse drogas más específicas, pero que de todas formas no es que la reemplacen, sino que suelen usarse de manera complementaria. Señaló además que, al igual que la quimioterapia, tienen efectos secundarios, aunque diferentes, y que el tratamiento con este nuevo tipo de drogas es más prolongado.
Ya no se habla de una droga para un tipo de tumor
Como suele ocurrir, el congreso fue la oportunidad de presentar nuevas opciones terapéuticas en cuanto a drogas. Si bien la mayoría está en etapa experimental, algunas ya han logrado aprobación o están camino a lograrlo.
"Hay más moléculas que se están probando en más tumores y con seguimiento durante más años. Parecen ser muy eficaces y bien toleradas", consideró la oncóloga María Clara Horsburgh, que participó del encuentro mundial.
Las expectativas están concentradas fundamentalmente en una que se ha utilizado para el cáncer de pulmón.
El atezolizumab ha sido calificado como un avance terapéutico decisivo por la Administración de Drogas estadounidense (FDA) y por considerársela revolucionaria se le está dando prioridad para aprobarla.
“De acuerdo a lo que se pudo observar en los resultados preliminares del estudio internacional de fase II Poplar en pacientes con cáncer de pulmón de células no pequeñas (Cpcnp) previamente tratados, (esta molécula) duplica la probabilidad de supervivencia con respecto a la quimioterapia con docetaxel”, destacó.
Por otra parte, para finalizar subrayó que “ya no se habla de una droga para un tipo de tumor, entonces tienen un mayor potencial”.