Hasta la semana pasada quienes querían comprar, vender o alquilar una propiedad, se encontraban con que las inmobiliarias estaban cerradas, lo que significaba una limitante, y sobre todo mucha incertidumbre para el sector.
Ahora, con la reapertura, comenzaron las consultas sobre todo las que tienen que ver con la finalización de contratos de locación, y tanto inquilinos como propietarios buscan un nuevo parámetro de actualización en un año en que será más difícil estimar la inflación a diciembre, y en que los salarios estarán muy lejos de mostrar incrementos.
"Ya está flexibilizada la actividad y se pueden hacer renovaciones, las actualizaciones dependen de varios factores, como el valor actual, es decir si está muy atrasado o no el canon que se paga", explicó Estanislao López Puelles, titular del Colegio de Corredores Públicos e Inmobiliarios de Mendoza.
Para el sector comercial, el corredor explicó que también se tendrá en cuenta si el local estuvo abierto en los últimos dos meses, como un factor a tener en cuenta a la hora de pactar un nuevo canon.
Igualmente, señaló que las actualizaciones “están en el orden del 13% al 15% semestral”, e insistió en que se trata de un concepto variable, según la relación que se establezca entre locador y locatario.
Congelados por decreto
No obstante, dichas actualizaciones en realidad son celebraciones de nuevos contratos, porque los alquileres ya establecidos continúan congelados hasta septiembre. Por esta razón se entiende que las inmobiliarias abrieron mayormente para garantizar que se administre el cobro de alquileres, que en algunos casos representa la supervivencia económica del propietario.
Para otro tipo de operaciones, y aunque se habilitaron las mudanzas, habrá que aguardar por una normalización del ámbito administrativo provincial.