Un juego dialéctico entre ambas perspectivas. El dibujo abstracto en tinta de Martín Villalonga frente al impulso figurativo y surrealista de Cristian Delhez.
Ambos no solo suman años como artistas, sino que comparten una amistad entrañable; un vínculo que comenzó a finales del '60 cuando Villalonga conoció al maestro Víctor Delhez, y que materializan juntos en "Permiso de la Razón y Razón del permiso", la muestra que inauguró el 18 de octubre pasado y cierra mañana domingo, en la Nave Cultural.
Sagacidad y entendimiento
Este encuentro afortunado entre dos grandes artistas mendocinos, se potencia mediante el diálogo sobre lo intuitivo, el desborde, la técnica en el mundo creativo de cada uno.
La exploración, el hacer incansable, la libertad de experimentarlo todo frente a la hoja en blanco. De esa experiencia, cada uno le pide permiso a su razón y crea lo propio.
“Veníamos hablando hace tiempo de hacer una muestra juntos y dio la casualidad de que los dos estábamos dibujando, entonces decidimos armar una muestra”, cuenta Martín Villalonga sobre el inicio de esta exposición, donde recopila veintidós obras de sus últimos diez años de trabajo, en tinta sobre blanco.
Montada por Iván Delhez (hijo de Cristian), la exposición es digna de un montaje escénico, donde confluyen las diferentes miradas.
La abstracción sin lugar a la anécdota, siempre trabajando las líneas de dibujo de Villalonga, se cruzan con las obras en color y figurativa de Delhez. Con cierto surrealismo y un mensaje político, social y filosófico que la circunda.
“A la hora de reflexionar sobre el arte pensamos lo mismo. Pero somos muy diferentes en nuestra obra, en la forma de manifestarnos frente al papel en blanco y la forma de pensar el arte en el papel”, concluye el artista mendocino sobre esta exposición que transita sus dos últimos días. Efectivamente, surge de su tránsito dos modos de expresión muy distintos con una misma mirada sobre el oficio.