Desde el punto de vista de Walter Berenguel, director de Primaria de la DGE, el ingreso tardío de los niños en las escuelas rurales "ha sido histórico, porque esto coincide con el mes de la cosecha". Pero la situación, dijo el funcionario, con el tiempo ha ido cambiando debido a la implementación de programas de contención y seguimiento destinados a la erradicar el trabajo infantil.
En este sentido, Sergio Ink, director de Educación de Gestión Social y Cooperativa (área que desde la DGE integra el Programa Buena Cosecha), reconoció que "todavía queda mucha población y chicos que aún deben ser captados por el programa".
Por eso, a los 65 centros de contención y apoyo educativo que existen en la provincia, este año se buscará sumar otros 35. Esto se hará mediante el impulso con equipamiento y transporte a los Centros del Orientación Socio Educativa (CEOS) que ya existen. La detección de los niños en situación de vulnerabilidad se realizará con la colaboración de los municipios y las organizaciones sociales. En total, el Gobierno intentará llegar a 5.200 niños de entre 45 días y 14 años, incluyendo los que ya están en el programa y los que se sumarían.
El sector privado, bajo la premisa de "volverse socialmente responsable", también ha encarado diferentes iniciativas para colaborar con las familias dedicadas a la cosecha. De hecho, en febrero pasado, las bodegas Chandon, Catena Zapata y el grupo Canale financiaron junto a la Municipalidad de Tupungato el programa "Educar en Vendimia", que brindó una serie de actividades recreativas y apoyo educativo, acompañado con refuerzos alimentarios, a 80 niños de ese departamento.
