El ingreso por Zapata y Costanera

El viaducto y la ampliación del Acceso Este no dieron el resultado esperado. El nudo vial de José V. Zapata y Costanera sigue siendo un grave problema que aguarda solución.

El ingreso por Zapata y Costanera

Entrar en vehículo a la ciudad de Mendoza por el Oeste, el Sur y el Este se ha convertido en una prueba diaria de resistencia y paciencia. Menos problemático resulta acceder desde el Norte, aunque también presenta sus complicaciones.

El aumento importantísimo en el parque automotor de los últimos años provocó que las vías de acceso y la circulación interna por la Capital mendocina se convirtieran, en las jornadas laborales, en un caos cotidiano y en una de las notorias deficiencias de una urbe que tiene altos niveles de calidad en otros aspectos, como su hermosa construcción y diseño, las plazas, las peatonales, los cafés en las veredas y el parque General San Martín.

Podemos admitir que es muy complicado ingresar y salir por los flancos Sur y Oeste, pero es por todos admitidos que acceder en auto desde el Este, se ha convertido en una situación traumática, peligrosa y extenuante.

Los Andes dio testimonio de ello el sábado 15 de marzo, en una nota titulada "Zapata-Costanera, un nudo vial que el viaducto no ha solucionado".

Efectivamente, la costosa obra para dar respuesta a la entrada vehicular a la ciudad, ejecutada en la administración del gobierno de Julio Cobos, pareció que sería una solución para el ordenamiento del tránsito.

Pero hoy, con un caudal de miles de automotores/hora ingresando por el Acceso Este en determinados horarios, la situación es inmanejable y con perspectivas de que se agrave porque cada vez hay más familias que acceden a la movilidad propia.

Para colmo, esos automotores, en un porcentaje elevado de casos, se desplazan con sólo el conductor.

Lo problemático de toda esta realidad es que a la vista no se ven soluciones posibles que atemperen los embotellamientos y las largas colas que, en ocasiones, llegan a 4 kilómetros de longitud.

Siempre se mencionó que el problema de los ingresos a Mendoza requería de una serie de obras, siendo las principales los anillos de circunvalación que conectaran con fluidez el Acceso Este, con los accesos Norte y Sur. Pero estos desarrollos viales no tienen oportunidad por el momento y tal vez por mucho tiempo.

Otro emprendimiento importante, a juicio de personas especializadas en temas viales, consultadas por este diario, sería continuar la ampliación y mejoras de calle Mitre (en Guaymallén) y vincularla de manera más apta con el Acceso Sur para, de esa forma, realizar un sistema de vinculación que pueda ser usado por quienes vienen tanto desde el Este como desde el Oeste.

Pero la realidad diaria con la que se enfrenta el ciudadano, el que viene a la ciudad a trabajar, a pasear o a hacer compras entre otros diversos menesteres, es de casi imposible solución en el presente. Para colmo, los mayores impactos de congestión vehicular se verán afirmados en las próximas jornadas, cuando se regularice el dictado de clases en la educación pública y se añadan más rodados al inmanejable tránsito del Gran Mendoza.

Aunque no sirva para la resolución del problema planteado, hay que señalar que la planificación falló una vez más, en este caso el nudo Zapata-Costanera, y que la inversión que superó holgadamente los 30 millones de pesos, se ha quedado a medio camino.

Habrá que explorar si hay otras arterias que puedan permitir la  circulación de automotores para entrar y salir de la ciudad con más fluidez, aunque aparentemente todos los ensayos ya se han probado y entonces lo único que quedará es administrar esta anarquía con resignación y prudencia.

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