A dos décadas de haber sido sancionada, en el Congreso de la Nación se aprobó recientemente una serie de modificaciones a la Ley de Educación Superior (la 24.521, que data de 1995) y las repercusiones no tardaron en llegar.
Los cambios apuntan a la implementación efectiva de la responsabilidad del Estado en esta instancia educativa y -de acuerdo a los fundamentos expuestos en la ley-, se pretende garantizar la gratuidad de los estudios universitarios -o terciarios-, así como también la igualdad de condiciones para que todas las personas puedan acceder a ellos.
Entre las modificaciones, también se eliminan los exámenes de ingresos a las facultades, permitiendo a todos los estudiantes que hayan culminado el secundario poder ingresar a la facultad que ellos deseen (dentro de las universidades nacionales) de forma irrestricta. Incluso, también se habilita a los mayores de 25 que -aún si haber terminado el secundario- demuestren preparación, experiencia y aptitudes para comenzar una carrera.
"La Ley de Educación Superior que estaba vigente dejaba abierta la posibilidad de arancelamiento amparándose en el principio neoliberal de equidad que fijaba que quien pudiese, pagara. Lo que se hace es eliminar esa posibilidad. Y en el artículo 40 facultaba a las universidades a implementar exámenes de ingreso a partir de una determinada cantidad de alumnos.
Pero son exámenes selectivos, restrictivos que llevaban a la discriminación. Para la nueva ley hemos tomado como bandera dos viejos reclamos de los universitarios como son la gratuidad y el ingreso irrestricto", explicó a Los Andes Roberto Marengo, estrecho colaborador de la diputada Adriana Puiggrós (autora de la iniciativa) y ex jefe de asesores de la Comisión de Educación de la cámara de Diputados de la Nación.
Sin embargo, el rector de la UNCuyo Daniel Pizzi lamentó que en la decisión referida al ingreso irrestricto no se haya tenido en consideración al Consejo Interuniversitario Nacional (del que participan todas las autoridades de las universidades nacionales). "Nos sorprendimos con la noticia y nos enteramos por los medios. Porque si bien es bueno garantizar por ley la gratuidad, el tema del ingreso irrestricto nunca se mencionó siquiera en el CIN. Y es algo que nos preocupa, principalmente por los recursos", destacó el rector.
En tanto, el director del Centro de Estudios de la Educación Argentina (CEA, dependiente de la Universidad de Belgrano) Alieto Guadagni consideró que le dio "mucha pena" esta decisión.
"Es una paradoja, porque mientras más fácil se hace el ingreso, más difícil es egresar. Es como pretender correr una maratón de 42 kilómetros sin entrenar, y la verdad es que se está frustrando el futuro de los chicos y esta ley consagra el atraso educativo de Argentina", acusó Guadagni.
Fundamentos
Marengo consideró que la totalidad de la 24.521 debería ser modificada, aunque resaltó que se haya empezado por estos "puntos de acuerdo". En el modificado artículo 7, se establece que "todas las personas que aprueben la Educación Secundaria pueden ingresar de manera libre e irrestricta a la enseñanza de grado en el Nivel de Educación Superior".
"Es un reclamo, una demanda de toda la sociedad. Con esta ley, además se responsabiliza al Estado por el mantenimiento de las instituciones, con un presupuesto anual que debe tener como piso el presupuesto anterior, para actualizar siempre hacia arriba", destacó Marengo.
"Nadie puede estar en desacuerdo con el espíritu de la ley y lo que busca. Pero lo que preocupa con la decisión del ingreso irrestricto es lo referido a los recursos. Nosotros y muchas universidades del país tenemos cursos de ingreso que llegan a tomar un año, y ahora un chico que termina la secundaria puede presentarse e inscribirse únicamente con el DNI. Va a ser difícil", indicó por su parte Pizzi al ser consultado sobre .
"Para 2016, ya tenemos un presupuesto aprobado y la actualización se ha hecho únicamente en base a la actualización en el diseño de la pauta de inflación. Esto significa que el presupuesto 2016 será entre 17% y 20% más alto que el del año que estamos cerrando. Nos preocupa ver cómo vamos a conseguir el ingreso irrestricto sin atentar contra la calidad educativa", agregó Pizzi.
"Los rectores pueden expresarse y son voces importantes. Pero la problemática y la demanda es de toda la sociedad, no algo exclusivo de las universidades", destacó Marengo al referirse al reclamo universitario. Asimismo, indicó que la gradualidad es algo fundamental para poder aplicar de manera exitosa la ley sin privar a nadie del derecho a estudiar una carrera.
"Esto se va a ir aplicando por ensayo - error. Cada universidad va a ir llevando adelante sus ciclos de adaptación. Claramente se van a necesitar más recursos para responder a la demanda y necesidades de más alumnos. ¡Bienvenido sea que se demanden más recursos para esto!", sintetizó el especialista.
Guadagni resaltó: "Es lamentable esta decisión. Argentina es un país con pocos graduados universitarios en comparación con Chile, Brasil y Colombia, y con el ingreso irrestricto esos números van a ser más bajos todavía. En Brasil, cada mil habitantes, los graduados son 5%; en Chile 4,3%; mientras que en Argentina apenas 2,7%. En nuestro país, 73% de los estudiantes abandona la universidad", fundamentó. Entre los fundamentos de la flamante ley, se habla de la "derrota de los modelos modernos universitarios" como motivador de estos cambios.
"¿De qué fracaso europeo se habla?. Basta con mirar el porcentaje de 'jóvenes graduados', teniendo en cuenta que los 25 años son la edad que corresponde. Polonia tiene 53% de jóvenes graduados; Rusia, 51%; Eslovaquia y Finlandia, 48%; Cuba, 45%. Argentina tiene apenas 12%", agregó con ironía.
Las claves
La Universidad Nacional de Cuyo fue fundada en marzo de 1939.
Estudiantes. 47.000
Docentes. 5.000
1.500. personal de apoyo académico.
Facultades. 12
Institutos. Balseiro, ITU y participación en de Seguridad Pública.
Secundarios. 6 (CUC, Magisterio, DAD, Martín Zapata, Liceo Agrícola y Escuela de Agricultura de General Alvear).