Con apenas 15 personas en la cola, retirar el pase olímpico fue una odisea, el anuncio de que la registración estaba cerrada no es real. Todavía hay posibilidades de registrarse y sacarla, mientras que los que estaban registrados por internet desde hace meses ya no aparecen en el sistema.
Exactamente eso me pasó a mí. Además, hay gente que puede sacar más de un pasaporte por más que la otra persona no esté presente.
Imagino los problemas que debe haber con sedes mucho más concurridas.
Un tema que ya debería haber estado solucionado después de cuatro días de competencia.
Una vez que se consigue la pulsera, viene la otra odisea: ingresar. Un estricto control no da lugar a que se ingresé con comida o cosas metálicas. La queja más común fue la de los encendedores incautados, más allá de que si se podía ingresar cigarrillos. "Los cigarrillos son suyos" decía uno de los controladores. "El encendedor también", contestó una señora con razon, pero sin ninguna respuesta.
Una vez en el predio uno puede ver la cancha de beach voley, el polígono de tiro y algunas actividades de golf. Sin dudas que este espacio es uno de los menos concurridos, aunque el anexo que está en Tecnópolis ha llenado las tribunas en cada presentación del futsal.
Entre una sede y otra hay unos 25 minutos de caminata, pero sin tener que cruzar ninguna calle.