Es un relevamiento inédito que han hecho dos "locos de la montaña" mendocinos. La base de datos en Google Earth reúne 6.500 cerros en el tramo de la cordillera de los Andes de nuestro país. Lo curioso es que Mendoza no es la provincia con más montañas (es San Juan); ni la que tiene mayor cantidad de cincomiles y seismiles (es Catamarca).
Muchos de los cerros no tienen nombre, aunque eso no significa que no estén identificados: precisamente figuran en la base de datos porque ya están localizados y definidos como tales.
En total, los cerros que lograron catalogar y mapear Guillermo Corona (geógrafo) y Pablo González (arquitecto), autores de la muy recomendable página de Facebook "Geografía y Geología de Mendoza", son 6.468. De ellos, hay que decir que 1.065 tienen más de 5.000 metros de altura ("cincomiles") y en este grupo hay 96 que superan los 6.000.
Mendoza, en particular, tiene 1.271 cerros, de los cuales 228 son cincomiles y 7 seismiles (entre ellos el Aconcagua, el más alto de todos). Pero a pesar de lo que se cree, la mayor proporción de altura de la cordillera argentina no está en nuestra provincia sino en Catamarca, donde hay 243 cincomiles y 38 seismiles (como el Ojos del Salado, el segundo más alto del país con 6.891 metros). Y otro dato que puede herir el orgullo mendocino: San Juan tiene más cerros (de entre 1.000 y 6.000 metros): 1.460.
Qué es un cerro
El relevamiento de Corona y González no es caprichoso, sino que está basado en un criterio internacional para establecer qué es un cerro. Si bien en nuestra parte del mundo aún se discute como delimitar una cumbre principal, "hay un criterio medianamente aceptado que es el de la prominencia", explica González. Se llama así a la diferencia de altura que tiene entre su punto más alto y el desnivel con el cerro vecino, es decir el punto mínimo entre dos cerros. "La prominencia es la diferencia entre el mínimo que tengo que bajar viniendo de un cerro para luego ascender al otro", describe didáctico.
Entonces, para catalogar una cumbre como cerro, la prominencia debe ser de más de 300 metros. Si no, cualquier otra cima o punto sobresaliente es una "cumbre secundaria" o es parte de un cerro más grande.
“Estamos acostumbrados a subir ‘cerros’ uno tras otro sin notar que no hay prácticamente desnivel entre uno y otro. En la precordillera a cada morrito de 5 o 10 metros de desnivel se le pone una cruz y se lo bautiza. La prominencia del cerro ayuda a entender la dificultad individual de él más allá de su altura”, completa Corona, quien pide a los amantes de la montaña “no adicionar nuevos cerros donde no existen”.
Los desconocidos
Según González, en Mendoza no quedan seismiles sin identificar: los 7 que se conocen son todos los que existen. Pero en cambio, cree que aún puede haber unas 50 cumbres de más de 5.000 metros aún no pisadas por el hombre. "Está bueno querer contabilizarlas con nombre y apellido. A nosotros nos ha tomado varios años, desde el 2009, y todavía no terminamos", dice para sumar voluntades a su causa.
Una misión que solo parcialmente cuenta con la tecnología como aliada: "El relevamiento digital tiene muchos errores", dice González justificando por qué prefieren identificar cerros yendo hacia ellos, pisándolos. "En la zona que yo he visitado mucho, detrás del Cordón del Plata, en el Google Earth sigue apareciendo una montaña picuda que no existe. Es un error del modelo. La teledetección, la lectura del relieve a la distancia, tiene un punto mínimo, el píxel, de 30 x 30 metros. Entonces hay que ir al lugar. Hay que caminar la cordillera".