En sintonía con los cambios sociales producidos en los últimos 25 años, las estadísticas sobre matrimonios celebrados en Mendoza entre 1991 y 2016 dan cuenta de otro cambio: mientras que hasta mediados de los ‘90 aún había niñas y niños menores de 15 años que contrajeron nupcias con personas mayores, a través del tiempo la tendencia de los/las mayores de 50 años a dar el “sí” se fue incrementando.
Los datos publicados en su web por la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE) reflejan además una tendencia que parece irreversible: es cada vez menos la cantidad de gente que se casa. Así, desde 1991 bajó 40% la cantidad de matrimonios celebrados en Mendoza. De acuerdo a esta información, el año en el que más personas se casaron -desde que comenzaron a sistematizar los datos- fue 1991, cuando el total de matrimonios fue de 9.231. A partir de ese año, la curva -más allá de algunas fluctuaciones- fue descendiendo y de hecho, hasta 2016, último año evaluado, el total de uniones ante la Ley fue de 5.542.
Pero el declive no fue directo, sino más bien sostenido a través del tiempo y fluctuante en diferentes etapas. Por ejemplo, los más de 8 mil matrimonios a principio de los ‘90 empezaron a ser cada vez menos hasta el 2000, cuando el total ya empezó a rozar los 6 mil casamientos por año. En 2005, la curva vuelve a subir oscilando entre los 7 mil y 7.500 anuales hasta 2009, cuando empiezan a declinar significativamente hacia los 5.528 de 2015, el año con menos matrimonios registrados.
Casamientos adolescentes
Ahora bien, entre las particularidades de esta radiografía de la evolución de las uniones legales entre personas en la provincia también sale a la luz que mientras que hasta 2005 la mayor parte de los casamientos se celebraban entre jóvenes de 20 a 24 años, a partir de ese año la tendencia a casarse se trasladó hacia personas más grandes, entre 25 y 35 años. Esto quiere decir que en la última década se instaló definitivamente que la edad para casarse es preferentemente después de los 30 años.
Las estadísticas de la DEIE toman como referencia la edad de las personas al momento de contraer nupcias. Así, surgen varios datos cuando menos llamativos: en 2013 se registró la mayor cantidad de adolescentes que se casaron, con edades de 15 a 19 años: 353. De allí en más -y al mirar hacia atrás en el tiempo- no superó los 70 casos.
Otro aspecto que llama la atención son los adolescentes menores de 15 años. En ese sentido, aparecen bodas en la provincia entre personas con diferencias de edad muy notorias. En 1998, por ejemplo, hubo 11 adolescentes mujeres con menos de 15 años que se casaron con hombres de entre 30 y 44 años. Y en 2008, dos chicas de entre 15 y 19 años se casaron con hombres mayores de 50.
Pero además, en 1991, 19 varones menores de 15 se casaron con mujeres con edades de 20 a 34 años, siendo la mayoría de entre 20 y 24 años, en 9 de los 19 casos citados. En 2011, además, una mujer de más de 50 años se casó con un joven de entre 15 y 19 años.
En el ‘99, de hecho, hubo dos antecedentes similares y según los datos, en 1998 una mujer de más de 50 años se casó con un adolescente menor de 15, un hecho similar al ocurrido en 1992.
A medida que pasó el tiempo comenzaron a ser cada vez más las personas que en nuestra provincia se decidieron a casarse después de los 50 años. De hecho, 2016 fue el año en el que más mujeres que transitan ésta etapa dieron el sí, sumando un total de 644. De ellas, 390 se casaron con personas de su mismo grupo etáreo; mientras que 42 contrajeron matrimonio con varones de 35 a 39 años, 20 con hombres de 30 a 34 años, 13 con parejas de 25 a 29 y tres con hombres de entre 20 y 24 años.
Enzo Rizzo, director del Registro Civil, destacó que en general el balance de 2017 es similar al del año anterior, sin demasiadas fluctuaciones. Sí indicó que la diferencia este año estuvo marcada por las uniones convivenciales, que pasaron de 400 en 2016 a cerca de 1.200 este año que culmina.
