Los precios suben mes a mes, mientras que el poder adquisitivo de nuestros salarios se contrae. Ante este escenario debemos ser particularmente cuidadosos a la hora de hacer las compras de los alimentos que conformarán nuestro menú. ¿Es posible encontrar productos económicos, rendidores y saludables? ¿Cómo nos afecta una reducción en el consumo de ciertos alimentos, como las carnes rojas y los lácteos?
En lo que va del año se han registrado importantes reducciones en el consumo de ciertos alimentos: la carnes rojas, por ejemplo, registran un descenso del 4,7% entre enero y julio, en comparación con el mismo período del 2013. Como consecuencia de la suba de precios, cada vez más argentinos eligen cortes de bajo costo o se inclinan por el pollo.
Mientras el consumo de carnes y lácteos se retrae, las ventas de productos más económicos registra importantes aumentos en sus cifras: se estima que el consumo de pollo presentaría un aumento del 12% este año. Otro producto cada vez más elegido por los argentinos son los fideos secos, cuyas ventas crecieron más del 10%.
¿Cómo impactan estos cambios de menú en nuestra salud?