Durante 2018 se redujo la cantidad de opciones varietales por menos de $ 100, junto con una caída del consumo que hizo que directamente los grandes centros de venta ya no las ofrezcan entre sus opciones. Actualmente sólo el 30% del total de las botellas perteneces a ese segmento que logra competir con el precio de las cervezas, que por el contrario, cada día apuesta a promociones más agresivas y con precios más cercanos a la "mesa de los argentinos".
De acuerdo con Manuel Bernaudo, Account Executive Nielsen, a noviembre de 2018 hay un total de 420 marcas en la base de datos del canal de supermercados que superan los $ 100 la botella, y 182 vinos por debajo de ese precio.
“Si miramos los segmentos, en casi todos se observa un aumento del precio, pero por debajo de la inflación acumulada (39,5%). Si vemos los últimos 12 meses contra los 12 anteriores, vemos caída de volúmenes que van de la mano con una variación del precio superior al 20%”, explicó Bernaudo.
De acuerdo con el ejecutivo de cuentas, en el Gran Buenos Aires el precio se aceleró mucho más que en el interior del país, con aumentos que superan el 30%. Actualmente "40 millones de litros pasan por el canal y sólo en el último bimestre se perdieron casi 900 mil litros". En la comparación interanual la pérdida alcanza los 2 millones de litros.
Si se observan los segmentos, en casi todos se observan caídas del consumo, a excepción de los vinos que superan los $ 700, en donde, por el contrario crece, pero se trata de una influencia muy pequeña en el total de los vinos que concentra el canal, menor al 0,2%. El sector más golpeado es el que va entre los $ 180 y los $ 100, y es justamente el que no ha podido trasladar a precios subas superiores al 20%, para no afectar aún más la demanda.
Bernaudo consideró que los consumidores que ante se volcaban hacia vinos cuyo valor no superaba los $ 110 hoy podrían estar optando por cervezas de gama media que hoy se ofrecen por $ 80 en presentaciones de medio litro (en lata).
“Es algo que se está estudiando, y más con el tema de la lata, el sector vitivinícola está interesado en observar cuál fue el rol de la lata y ver si puede llegar a cumplir el mismo para el sector del vino”, cerró Bernaudo.
El objetivo es recuperar "la mesa"
Igualmente, Sergio Villanueva, gerente de la Unión Vitivinícola, consideró que el aumento de los precios en los vinos se debe a la inflación, y a dos años en los que logró recuperar precio "por malas cosechas". "El vino está buscando el punto de equilibrio entre rentabilidad y el bolsillo del consumidor", indicó aunque resaltó que se trata de los productos que menos aumentaron en este año.
El funcionario no desconoció el desafío que implica competir contra la cerveza. “Al vino le cuesta bajar de calibre, porque la botella chica es cara, y las cervezas y gaseosas se están acercando al consumidor con presentaciones chicas y precios muy atractivos, de $ 10 y $ 15 (aproximadamente)”, agregó.
Igualmente, Villanueva recordó que los cambios de hábito afectaron al consumo de la bebida nacional. "La industria vitivinícola invierte mucho menos que la cerveza en promoción, aun contando las campañas genéricas no alcanzamos ni la mitad de lo que ellos hacen. Hay inflexibilidad al cambio en las bodegas y en las legislaciones y cuando una crisis se prologa en el tiempo el consumidor cambia sus hábitos (a bebidas más económicas) y luego es difícil recuperarlo", explicó.
Por otro lado, el vino estaba asociado a la mesa, y la cerveza más a "la gastronomía informal" y hoy está perdiendo ese lugar. En este sentido, Villanueva consideró que la industria tiene que hacerse más accesible y "limitar las instrucciones" para que pueda disfrutarse frío, diluido o como los consumidores lo prefieran.
“Hay que romper todos los manuales, que se respete la naturaleza del vino, pero que no se lo lleve al elitismo y al dogmatismo. Hay que mirar países como Estados Unidos que ofrecen vinos rosados, tintos y blancos en la misma proporción para no dejar de lado al segmento joven o al femenino que muchas veces no prefieren los tintos”, dijo el titular de la UVA.
“El vino blanco diluido con soda es lo mejor que hay para el verano, se le baja la graduación alcohólica, permite tomar más líquido y puede consumirse bien fresco”, cerró a modo de ejemplo de un sector que tiene que flexibilizarse para atraer mayor cantidad de consumidores.