No sólo los 3 millones trabajadores en relación de dependencia pagan más por el impuesto a las ganancias porque el Gobierno no actualiza por la inflación el mínimo no imponible y las escalas del impuesto. También, y por el mismo motivo, pagan mucho más 1,6 millón de monotributistas que hay en el país.
Eso pasa porque en enero de 2010 -luego de más de una década de no ajustar este sistema llamado Régimen Simplificado-, el Gobierno creó nuevas categorías del monotributo al ampliar de $ 72.000 a $ 200.000 anuales las escalas para el caso de las locaciones de servicios y hasta $ 300.000 para la venta de bienes muebles.
Desde entonces esas categorías se mantienen sin cambios y las anteriores siguieron congeladas en los valores de fines de los años noventa.
Consecuencias por no cambiar
Como los valores de facturación siguieron y siguen creciendo al ritmo de la inflación -desde enero de 2010 los precios minoristas subieron el 100% según las mediciones alternativas, distintas a la oficial que mide el Indec- los pequeños contribuyentes debieron recategorizarse, pasando a pagar una cuota mensual proporcionalmente más alta.
Sin embargo, sus ingresos reales no mejoraron sino que apenas acompañaron a la inflación. Así a igual ingreso real, el peso del gravamen monotributo es mayor. En algunos segmentos la cuota mensual se multiplicó hasta por cuatro.
Por ejemplo, a comienzos de 2010 un monotributista de la categoría D (hasta $ 4.000 mensuales) pagó una cuota de $ 128 o el 3,2% del ingreso. Si ahora factura $ 8.000, (en términos reales igual que en 2010) la cuota mensual asciende a $ 400, que equivale al 5%.
A mayor facturación, el peso del impuesto sobre el ingreso del monotributista es creciente. Quien en 2010 facturaba $ 6.000 y ahora $ 12.000, la cuota pasó de $ 210 a $ 700 y el peso del impuesto del 3,5% al 5,8%. Y si facturaba $ 8.000 y ahora $ 16.000, la cuota subió de $ 400 a $ 1.600 y el peso del impuesto del 5 al 10%.
Así, el valor de la cuota se multiplicó por cuatro cuando debería haberse duplicado y ser de $ 800 para mantener la proporción.
Obra social y jubilación
Algo parecido pasa si a la cuota del impuesto se agregan los aportes de jubilación y obra social. En 2010, esos aportes sumaban $ 180 y ahora $ 257.
Entonces quien en 2010 facturaba $ 6.000, en total pagó $ 390 (210 +180) equivalente al 6,5% de sus ingresos. Ahora paga $ 1.857 (1.600+257) que representa el 11,6%.
Los autónomos
Para las categorías más altas, la falta de ajuste de las escalas lleva a que quienes superen el tope anual del Monotributo deban pasar al Régimen General de autónomos con impuestos y aportes a la Seguridad Social más altos.
Los autónomos, por ejemplo, tienen un mínimo no imponible de sólo $ 1.296 mensuales, más bajo incluso que el de los asalariados.
Además, deben realizar aportes al Régimen de la Seguridad Social como autónomos, de $ 562 mensuales, un 258% más caro que los $ 157 del Monotributo. Además, al pasar a autónomos dejan de pagar la cobertura médico asistencial a la obra social, actualmente de $ 110, pero si quieren tener una cobertura médica de una prepaga deben hacerlo en forma voluntaria con cuotas que rondan entre los 1.000 mensuales (adulto) o $ 2.000 ( matrimonio).
Según el último dato de la AFIP, en enero de 2013 había en el país 1.594.980 monotributistas que luchan contra estos problemas.