Nada más pronunciar su discurso de aceptación como nuevo presidente de la FIFA ante los 209 delegados de su congreso extraordinario, Gianni Infantino se giró emocionado y se topó con el aplauso de uno de sus más firmes y valiosos aliados: el presidente de la Conmebol Alejandro Domínguez.
Saltándose cualquier protocolo, el ganador suizo no reprimió su primer instinto y se fundió en un efusivo abrazo con el máximo mandatario de la confederación sudamericana, que devolvió el gesto con cariñosas palmadas a ojos del mundo entero. Así quedó inmortalizado el triunfo de Infantino ayer, y escenificada la más reciente alianza entre dos regiones, la europea y sudamericana, históricamente con peso significativo en la toma de decisiones del fútbol mundial.
La Conmebol, que desde enero había respaldado en bloque la candidatura de Infantino, vio así premiada la fe depositada en el candidato suizo, sorpresivo ganador en segunda ronda de las elecciones sobre el teórico favorito, el Jeque Salman de Bahrein.
Es por ello que se reveló especialmente cálido el abrazo entre el nuevo presidente y Domínguez, quien a su vez cumplió exactamente un mes en su cargo tras tomar las riendas de una Conmebol cuyos tres últimos presidentes fueron imputados por corrupción y que, en gran medida obligada por los arrestos de muchos de sus dirigentes, hizo una limpieza casi total de su plana mayor.
“Estamos muy contentos porque la elección era pareja y se había puesto en tela de juicio la postura de Conmebol”, declaró el presidente de la federación uruguaya, Wilmer Valdez, cuya delegación festejó el resultado de la votación como si hubiesen protagonizado otro Maracanazo.
¿Y ahora qué?
"Ahora viene una etapa de trabajar muy duro todos juntos para salir de un momento de crisis", dijo Valdez. "Surge una gran oportunidad para revertir la situación. Gianni es latino por su parte italiana. Tenemos una forma de ver el fútbol muy parecida y charlaremos con él para ver los aportes que se puede hacer a Sudamérica".
Salman contaba a priori con la confianza de las confederaciones de Asia y África, que acumulan cerca de un centenar de votos entre ambas, mientras que Conmebol se decantó unánimemente por la propuesta europea de Infantino, y CONCACAF mantuvo libertad de voto para sus 35 delegaciones.
Los 10 afiliados con que cuenta la Conmebol en la FIFA son el menor número de entre las seis confederaciones, pero se trata del organismo más antiguo, fundado en 1916, y cuenta entre sus miembros a Brasil, Argentina y Uruguay, que se reparten nueve de los 20 Mundiales celebrados.
“Conmebol se cree en posición de aportar mucho más a la FIFA de lo que hoy está aportando”, había avanzado el jueves Domínguez, cuando se reafirmó públicamente en el sí unitario a Infantino. “Si no se dan los votos en primera ronda, también votaremos a Infantino en la segunda”, aseguró.
Existía, pese a las declaraciones públicas, cierto escepticismo respecto a la confederación sudamericana, que no logró presentarse unida a las anteriores elecciones de mayo, cuando Uruguay rompió con el bloque y apostó al Príncipe Alí en lugar del eventual ganador, Joseph Blatter.
Aquel congreso fue sacudido por el arresto de siete dirigentes latinoamericanos acusados de corrupción, entre ellos el uruguayo Eugenio Figueredo, ex presidente de Conmebol y entonces vicepresidente de la FIFA.
Funcionarios de la FIFA, delegados y observadores dijeron el jueves que las encuestas entre votantes y confederaciones indicaban que Salman era el candidato que reunía el mayor apoyo, y podría lograr incluso la mayoría en la primera votación.
La campaña de Infantino se basó en promesas de mayor financiación a las federaciones, ampliación de los cupos mundialistas, y posibilidad de organizar mundiales con sede multi-regional. La posibilidad de que Sudamérica reciba un boleto adicional a los mundiales (actualmente tiene cuatro más un repechaje) sin duda tentó a los dirigentes de la región.
El paso a paso del escrutinio en dos vueltas
Gianni Infantino es el nuevo presidente de la FIFA. El suizo nacionalizado italiano se convirtió en el sucesor de Joseph Blatter luego de la segunda vuelta de la elección realizada en Zurich, en la cual obtuvo 115 votos y relegó al segundo lugar al jeque de Bahrein Salman Bin Ebrahim Al-Khalifa, que terminó con 88.
Ambos eran los favoritos en la segunda ronda, después de haber sacado la mayor cantidad de votos en la primera vuelta, instancia en la que ninguno de los cuatro aspirantes que participaron de la contienda llegó a los dos tercios de los votos necesarios para ser proclamado vencedor. Además, antes de comenzar la elección había declinado de su candidatura el sudafricano Tokyo Sexwale.
El primer recuento había dejado a Infantino con 88 votos y a Salman con 85. Más atrás estaban el príncipe jordano Ali bin al Hussein (27) y el francés Jerome Champagne (7), quienes en la segunda vuelta quedaron relegados, con cuatro y ningún voto, respectivamente.