La temporada de Independiente arrancó repleta de ilusiones, llena de objetivos a cumplir pero con un norte claro: el ascenso a Primera División.
Era una temporada irrepetible, ya que la AFA concedía 10 ascensos entre 22 equipos y nadie daba a la Lepra fuera de esa decena de equipos, pero una seguidilla de malos resultados dejaron a nuestro representante en el selecto grupo de los que deberán presentarse en la próxima temporada, otra vez en la B Nacional.
Una lástima porque oportunidades como ésta no se repiten todos los días, a pesar que la AFA a veces suele marear con sus decisiones.
Hoy Independiente tendrá que salir a la cancha a despedir la temporada de local y exponerse a la frustración de su gente, que seguramente acompañará pero con un dolor muy grande.
Para este partido, el entrenador leproso, Daniel Garnero, el piloto que agarró esta nave cuando la mano estaba más que complicada, pondrá casi el mismo equipo que ganó en Floresta y solamente cambiará al juvenil Juan Moyano, quien le dejará su lugar a otro pibe de abajo, Hernán Gautier.
Enfrente estará un Temperley que ya logró su pase a Primera y que jugará con un relajo típico de los equipos que ya alcanzaron su objetivo.
Será una tarde triste, donde la gente de Independiente Rivadavia será la encargada de adornarla con su apoyo incondicional y con todo el color que acostumbra, en las buenas y en las malas.
Hoy será una despedida inesperada del Bautista Gargantini.