El coronavirus logró lo impensado: que la Academia de Hollywood permita que el próximo año puedan participar en los Oscar películas que no se estrenaron en cines.
Es una decisión inédita, pero para nada polémica, puesto que no hace mella en el gran debate de fondo, que es si las películas producidas para el streaming pueden participar (o si tienen la suficiente nobleza cinematográfica) en una competencia de productos que se ven en pantalla grande. La razón tiene que ver exclusivamente con la pandemia y seguramente se revocará cuando la situación se normalice.
Fue el Board of Governors, máxima autoridad de la Academia, el que habilitó esta modificación temporal para la próxima 93° entrega de los Oscar, que tiene fecha prevista para el 28 de febrero de 2021. Anula así un tradicional requisito para las películas de la competencia, que pedía que al menos hubieran estado siete días consecutivos en las salas comerciales de Los Ángeles.
No es una modificación arbitraria, puesto que el comunicado aclara muy bien que podrán participar filmes estrenados en el streaming o mediante video on demand, pero siempre y cuando hayan sido pensadas para la pantalla grande.
Tiene razón de ser, puesto que es el caso de muchas producciones que, ante el cierre masivo de salas, optaron por lanzarse directamente a lo digital. Es que, por ejemplo, las tres cadenas principales de cines de Estados Unidos (AMC, Regal y Cinemark) han dicho que no esperan reabrir hasta finales de junio o julio.
Disney fue una de las casas productoras que vio esa salida ante los efectos de la pandemia. Aprovechando su aún flamante plataforma de contenidos Disney+ (que este año desembarcará en Latinoamérica), decidió estrenar directamente en streaming " Artemis Fowl: el mundo subterráneo". Sin embargo, todavía no renuncia a estrenar los tanques "Black Widow" y "Mulán" en las salas.
Conviene aclarar, entonces, que esta normativa temporal excluye a todas las películas de plataformas como Netflix o Amazon, a menos que (como "Roma" de Alfonso Cuarón o "Los dos papas" de Fernando Meirelles) se hayan visto también en algunas salas.
Las voces máximas de la Academia, David Rubin (presidente) y Dawn Hudson (CEO), remarcaron que sigue intacta su concepción de la cinematografía, que encuentra su expresión más elevada en las salas de cine, en un entorno social y a oscuras.
Más cambios
El anuncio sumó más modificaciones al estatuto. Desde el próximo año, por ejemplo, los cientos de miembros del organismo, que anualmente ven y evalúan las películas, las verán online en lugar de en copias en DVD. El criterio es la sustentabilidad.
Por otra parte, las categorías Efectos de Sonido y Edición de Efectos de Sonido se unificarán en una sola, por lo que en lugar de haber 26 estatuillas, se entregarán 25.
Y para los miembros de la Academia también habrá cambios. No solo tendrán que cumplir con un mínimo de películas vistas para ejercer su voto, sino que también serán incluidos en su totalidad para elegir la Mejor Película Internacional en su etapa preliminar.