Fanáticos exaltados, emoción, música, gritos, aplausos, el infaltable "gracias Mendoza" que baja desde el escenario. Esta es una simple descripción de lo que se vive en cualquier espectáculo artístico.
Pero, ¿qué hay detrás del glamour de las luces y las pantallas de led? ¿Cómo funciona la industria del entretenimiento local? ¿Por qué un empresario decide encarar la tarea titánica de traer a un músico de renombre internacional?
Esta industria es muy variable y difícil de predecir, aunque algunos factores puntuales han contribuido al crecimiento sostenido en los últimos años.
Nuestra provincia se ha transformado en una parada casi obligada para artistas nacionales e internacionales que deciden enfocar sus giras hacia estas latitudes.
Mendoza es la cuarta plaza en importancia de Argentina, luego de Buenos Aires, Córdoba y Rosario (Santa Fe), esto la posiciona en un lugar central dentro del mercado nacional, y más aún dentro de la región Cuyo.
Otro aspecto que beneficia el incremento de espectáculos es la centralizada y saturada oferta en Capital Federal. "Artistas y productores ahora miran más hacia el interior", coinciden empresarios del rubro consultados por Los Andes.
“Esto viene en forma creciente: 2017 superó con creces a 2016 y viene un año muy ambicioso. Ya tenemos muchos eventos cerrados”, asegura Fabián Manzur, director del Centro de Congresos y Exposiciones.
"La realidad es que vienen a Mendoza muchos artistas porque se ha vuelto tentador el mercado del interior. Buenos Aires está muy saturado, hay mucha oferta y los artistas salen a competir al interior en busca de mayor rentabilidad", detalla Diego Villafañe, productor de Power Play.
Esta situación, la de buscar lugares alternativos o periféricos para tocar, aplica tanto para artistas nacionales como internacionales: "Bandas que antes no venían a Argentina y ahora pisan el país cada 2, 3 o 4 años como los 'Rolling' o Coldplay", ejemplifica Villafañe.
Sin embargo, específicamente en el segmento teatral, la situación no es la misma. “Han crecido mucho los costos y el valor de las entradas no ha subido en la misma proporción. La actividad ha decrecido respecto a años anteriores”, sentencia Luis Pérez Galeone, de "Grupo Tres Producciones".
El show, desde el minuto 0
Todos los proyectos empiezan de la misma manera: con la confirmación del artista y la fecha. Pero en el camino hay miles de variables que determinan el precio de la entrada que tendrá que pagar el consumidor hasta la ganancia final del productor.
El valor de los tickets es muy variado. Por ejemplo, para un espectáculo en el estadio de El Santo, uno de los lugares más solicitados, en un “formato baile”, las entradas tienen un precio bajo y general (Sabroso $ 200, Ulises Bueno $ 250).
El empresario, en este caso, decide fijar un monto menor comparado con otros espectáculos para apostar a la ganancia en la venta de bebidas en el interior del lugar.
Distinto es el caso para un lugar como el Stadium Arena Maipú. El valor de las entradas varía de acuerdo a la ubicación. En muchas ocasiones los tickets llegan a las cuatro cifras.
Para escuchar al artista guatemalteco Ricardo Arjona, los fanáticos desembolsaron desde $ 700 (platea lateral) hasta $ 2.800 (vip fans).
“Hay veces que salís raspando, casi sin ganancia; en otras oportunidades tenés que poner plata de tu bolsillo. No siempre se gana”, confiesa un productor local.
Pero para llegar a poner los carteles en las boleterías antes hay un largo camino por recorrer. “Desde junio estamos trabajando con el recital de Arjona (actuó en Maipú el viernes y sábado). La gente no se imagina toda lo logística previa que implica un show así”, detalla un experimentado hombre de la industria.
La metodología está "estandarizada". El contratado envía a la productora una planilla con todas las exigencias: cuestiones técnicas, seguridad, movilidad, hotelería o algún pedido especial.
Luego, la empresa contratante reenvía esta planilla de pedidos aceptándolos o con algunas modificaciones que se negocian.
Con esto cerrado, se comienza a 'hilar más fino': "Calculamos la cantidad de entradas que pueden llegar a vender y elegimos el lugar. Sumamos todos los costos (caché del artista, alquiler, publicidad del evento, ganancia esperada, etc.) y de ahí estipulamos el precio de la entrada", enumera Villafañe.
El productor de Power Play aclara que no hay mucho margen de maniobra en esta decisión: “Si vendés muy caro el ticket la gente no lo compra y si lo ponemos muy barato aumentamos el riesgo de perder nuestra inversión. Hay artistas que sabemos que van a agotar y, obviamente, el riesgo es menor”.
En cuanto a los porcentajes de ganancia para el empresario, Villafañe asegura que “es muy difícil estipular” un margen fijo. “En este negocio te llevás muchas sorpresas. Primero intentamos asegurarnos de cubrir los costos”, confiesa.
El "caché" de los artistas
La principal diferencia entre artistas internacionales y locales es la moneda en la que cobran, dólares y pesos respectivamente, y para clarificar un poco más este proceso de negociación empresario-artista, contaremos dos casos.
Arjona, además de su caché -que rondaría los 35.000 dólares-, pidió camarín exclusivo, hotel cinco estrellas, un auto de alta gama, y una camioneta específica para el traslado de él y su banda en la provincia, entre otras muchas cosas. “Siempre hay que cumplir”, dice uno de los productores involucrados en la organización.
Otro ejemplo es el de una conocida banda cuartetera que estuvo en Mendoza el mes pasado. En total sus integrantes son 38 y el “caché bruto” llega a los $ 350.000.
En este importe están incluidos la ganancia de los músicos, el hospedaje para los 38 miembros -“una habitación de hotel no baja de $ 800- $ 900”-, las comidas y el combustible del transporte.
Por lo general estos artistas, que hacen varios toques durante un finde, llegan el día del show en la mañana y desocupan el hotel en la noche.
"Mi fuerte es el teatro y funciona, en el 90% de los casos en co-producción con el productor general de la obra (casi siempre de Buenos Aires).
Acordamos repartir un porcentaje de la entrada, pero yo tengo que cubrir un seguro mínimo para el pago de los artistas”, cuenta Pérez Galeone.
Lógicamente, todos estos gastos son tenidos en cuenta a la hora de ponerles el precio a las entradas.
Poca infraestructura en Mendoza
No importa el artista o el formato del espectáculo, en nuestra provincia no hay demasiadas opciones de escenarios y los nombres se repiten constantemente.
Uno de los más buscados es el Arena Maipú Stadium. "Nosotros trabajamos de dos formas: alquilando el estadio a alguna productora o produciendo o co-produciendo algún espectáculo", aclara a este diario Ricardo Oller, gerente general de Arena Maipú.
En el primer caso, el interesado en utilizar las instalaciones del Arena (con una capacidad para 4.300 personas) tendrá que desembolsar $130.000, que es lo que sale el alquiler del lugar. Este precio solo incluye la electricidad y la limpieza antes y después del show. El resto corre por cuenta del organizador.
Otro de los lugares que ha logrado posicionarse para la realización de recitales es el estadio de El Santo, uno de los boliches bailables más grandes del país ubicado en Rodeo del Medio, al este de Maipú.
En este caso el canon para acceder al lugar anexo a la famosa disco y con una capacidad de 4.500 personas "es difícil de calcular", ya que hay varias maneras de negociar un show: el empresario puede optar por alquilar el lugar a un precio determinado y quedarse con la recaudación de las entradas y la barra (durante los shows se vende alcohol), o dejar la ganancia de las barras a los propietarios. Obviamente, en la segunda opción el precio del alquiler es muy inferior.
Una tercera opción, utilizada mayormente cuando el evento lo produce el mismo Santo, es arreglar con el artista un porcentaje de las entradas (50% y 50% o 60% y 40%). “Muchos artistas saben que van a llenar y prefieren esta opción”.
En cuanto al lugar estatal por excelencia, el Auditorio Ángel Bustelo, situado en el corazón de Capital, el costo es mucho más bajo, como así también su capacidad, que llega a las 2.000 personas. El recinto completo con desarme (sacando todas las sillas del auditorio) sale $ 40.000, con las sillas instaladas, $ 30.000.
También se puede optar por la opción de rentar solo la mitad (el lugar se divide con cortinas): el sector norte (para 800 asistentes) sale $ 16.000 y el sur (para 1.000 personas) $ 20.000.
“Los costos son mucho menores a los lugares privados y el Bustelo tiene una excelente acústica. Por esto siempre pedimos a los mendocinos cuidar este espacio que es de todos”, confiesa el director del Centro de Congresos y Exposiciones.
Para el productor de Grupo Tres, en la provincia “hay poca infraestructura. Está el teatro Plaza de Godoy Cruz, el Arena y el Bustelo, si tenés la suerte de conseguirlo. El año que viene va a estar el teatro Mendoza y eso generará una buena nueva opción”, se ilusiona.
"Mendoza es una de las pocas provincias que cobra Ingresos Brutos al teatro; hay una carga fiscal alta para un negocio que es chico"
La "movida" paralela
Esta industria mueve la economía local de manera directa e indirecta. “Para un show de estadio abierto como Arjona, Chayanne o Maná, ocupamos, entre personal fijo y temporal (seguridad, acomodadores, logística), a 400 personas. En un espectáculo más chico unos 120 trabajadores", detalla Diego Villafañe.
La gastronomía y el transporte son algunas de las actividades que se benefician de manera indirecta del entretenimiento. "Al teatro van 2000 mil personas que se movilizan en taxis, luego salen a comer y tomar.
Se generan negocios alrededor del espectáculo, es círculo virtuoso muy favorable para los mendocinos", sentencia Pérez Galeone, y recuerda: “Cuando cerró el teatro Mendoza me llamaron todos los dueños de las playas de estacionamiento cercanas para que peleara contra el cierre. Los fines de semana se quedaron prácticamente sin clientes”.
El futuro de la actividad
La falta de infraestructura y la alta carga impositiva son quejas que repiten los empresarios. “Mendoza es una de las pocas provincias que cobra Ingresos Brutos al teatro; hay una carga fiscal alta para un negocio que es chico, tiene una facturación alta pero también grandes costos”, reclama el empresario Pérez Galeone, uno de los más reconocidos en el ambiente.
“Las grandes propuestas van a lugares turísticos como Carlos Paz, donde hace años el Estado subsidió a las producciones y ahora es la principal plaza teatral del país. Los primeros años es solo inversión y apostar al crecimiento, después todo es beneficio”, analiza el productor.
“Justamente ahora estamos reunidos en Mendoza con representantes de la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales (Aadet) y les planteamos nuestras necesidades a autoridades de la Secretaría de Cultura de Mendoza y ellos manifestaron estar en la misma 'tónica' que nosotros así que vemos bien o somos optimistas respecto al futuro de la industria en la provincia”, dijo Luis Pérez Galeone.
Por su parte, Fabián Manzur asegura que durante 2017 la cantidad de eventos se “ha incrementado en un 20% respecto a 2016. Se ha notado la suba en la llegada de artistas nacionales e internacionales a Mendoza. La provincia se ha posicionado como un importante punto para la realización de eventos, no solo recitales sino también es una plaza muy requerida para congresos".
Otra variable que entra en la ecuación a la hora de pensar en la elección de un artista y que influye directamente en el desarrollo de la industria local es la preferencia del público mendocino por artistas y producciones de Buenos Aires.
"No todos, pero el público en general queda obnubilado con los actores que ven en la TV y para traerlos hay que transportar desde la Capital escenografías y artistas y acá la entrada sale más barata. Esto incrementa los riesgos del productor y provoca que se emprendan menos proyectos", analiza el empresario teatral.
“El teatro independiente en Mendoza es uno de los mejores del interior. Hay que invertir en el desarrollo de este sector poco explotado y que puede beneficiar mucho a la provincia. Los primeros años son una inversión, pero el problema es que nadie quiere invertir”, concluye Luis Pérez Galeone, de Grupo Tres Producciones.