Indonesia: combo asiático, templos, playas y comida

Yogyakarta entre deliciosas arenas, bellas ruinas y edificios religiosos, tradiciones milenarias y un modo de vida relajado y económico para el turista.

Indonesia: combo asiático, templos, playas y comida

La isla de Java en Indonesia, ostenta un destino que está siendo descubierto de a sorbos pro Occidente. Un secreto a voces que en los últimos años ve crecer el turismo aunque aún con espacio para el disfrute. Es Yogykarta, la ciudad que pone en escena cultura, tradiciones, religión, gastronomía y una naturaleza circundante, descomunal. Y como si fuera poco, todo es económico.A saber y para sacar cuentas bien valen los cálculos de los viajeros que aseguran que por unos U$S 30 se alojan, comen y alquilan algún vehículo para ir a la playa o a los templos ancestrales.

Arenas que sientan bien

La playa Pok beach Tungal es calificada por propios y turistas como un verdadero paraíso escondido. El tema es el acceso, ya que deben atravesarse dos kilómetros de un estrecho y sinuoso camino entre acantilados de coral que son una suerte de protección contra el mundo exterior. Una vez en la playa, las arenas blancas y las olas azules son cobijo para una jornada maravillosa. Eso sí, son muchos los que, tras haberse asoleado un rato, vuelven a los acantilados coralinos para escalar sus paredes de hasta 50 metros. No es un deporte para cualquiera, implica mucho riesgo. Para apuntar más rasgos distintivos de esta playa vale agregar que en los arrecifes hay monos salvajes y, en medio de las arenas, se encuentran manantiales de agua dulce. Alquileres motos IDR 2; carpa 60, ya que se puede acampar en la playa y muchas veces es recomendable para no volver de noche por la peligrosa senda.

Mención especial merecen otras playas, también al sur de la ciudad. Por ejemplo Parangtritis, la más cercana y donde los turistas se divierten cabalgando sobre la arena o en kartings. Por otra parte, Siung, Sadeng, y Sepanjang son catalogadas como playas naturales. Sin resorts ni visitantes ilustres curten otra onda y realmente valen la pena los viajeros con intereses especiales. Finalmente, de la larga lista de playas, elegimos mencionar Indrayanti, con cafés y restaurantes en la zona costera.

Una vuelta por el centro

El caos de la calle Malioboro se disfruta por todos lados. El ruido y el movimiento marean pero al poco rato los viajeros se acostumbran a los gritos de los vendedores que ofrecen comida y juguetes, todo de una sola vez.En sánscrito, Malioboro quiere decir ramos de flores. Esa denominación hace referencia a que en los tiempos antiguos, cuando el Palacio local celebraba algún evento, los lugareños hacían un camino de varios metros de ramos de flores en esa dirección. Las compras son la principal actividad por allí. “Vamos a comprar un montón”, suelen decir cuando se dirigen a Malioboro. Accesorios, souvenirs únicos, batik clásico, oro y piedras amén de electrodomésticos en la oferta. Pero hay más: tales como adornos de bambú, marionetas de cuero y miniaturas de autos. Aseguran que si se negocia de manera apropiada con los vendedores, se consiguen muy buenos precios.

Más paseos

Castillo de agua. Tal es el nombre con el que se conoce a Taman Sari, uno de los sitios de visita obligada. Este antiguo jardín real del sultanato de Yogyakarta,  en el siglo XVII, fue destinado para usos varios por eso cuenta con área de descanso, taller, ámbito de meditación, área de defensa, y un lugar donde esconderse.

Tiene un lago artificial y un complejo de baños en el centro. El precio del guía se puede negociar, entre IDR 10 y 20.

Mercado tradicional. El mercado tradicional urbano  es Beringharjo. Sobre la calle Malioboro, invita a ingresar por la cantidad y variedad de tiendas y tenderetes. Concretamente ha sido el centro de la actividad económica por muchos años, inclusive su existencia tiene un significado filosófico.

Resulta que se ha refaccionado varias veces pretendiendo simbolizar las etapas de la vida humana que se dedican a trabajar por la economía. Un dato: hay que probar allí los riquísimos snacks tradicionales.

Uno de los más populares se llama bren ronda y está hecho de extracto de tubérculos fermentados. Otro es el krasikan, una torta dulce de arroz glutinoso y azúcar de palma.

Tours culinarios. Un viaje por Yogykarta no está completo si no se degustan sus deliciosos sabores. Por eso, optar por uno de los tours culinarios que se ofrecen en la ciudad es una buena elección.

Estos itinerarios son una ocasión para conocer más de cerca a los lugareños y encontrarse con sus sabores, por supuesto pagando un precio módico.

Historia. Yogykarta fue testigo del surgimiento y la decadencia de uno de los reinos más importantes de Java. Por ello hay que visitar los Templos del Patrimonio del Viejo Reino Mataram (siglos VIII al X), recintos arqueológicos muy concurridos.

Lo mismo que las ruinas y reliquias del reino islámico Mataram (siglos XVI y XVI).

Información

http://www.yogyes.com/en/yogyakarta-vacation-rentals/homestay/

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