India empezó a erigir ayer la mayor estatua del mundo, la de un dirigente del siglo XVIII que luchó contra los mongoles musulmanes, con un coste de centenares de millones de dólares que ha despertado protestas.
El primer ministro indio Narendra Modi puso la primera piedra de la estatua de Chhatrapati Shivaji en una isla ante la costa oeste de Bombay.
La estatua medirá 192 metros, es decir más de dos veces la envergadura de la Estatua de la Libertad de Nueva York, cinco veces la del Cristo Redentor en Rio, y sobrepasará también el inmenso Buda del Templo de la Primavera en China, que con sus 128 metros ostenta el récord mundial actualmente.
"Nos inspiran muchos aspectos de su personalidad" declaró Modi en alusión a Shivaji, un dirigente que combatió la dinastía mongol musulmana y fundó su propio reino.
La principal estación de trenes de Bombay y su aeropuerto también llevan el nombre de Shivaji, símbolo del renovado interés por la cultura hindú que promueve el gobierno nacionalista de Modi.
Este símbolo cuesta sin embargo 36.000 millones de rupias, unos 530 millones de dólares, sufragados por el estado de Maharashtra, cuya capital es Bombay. La inauguración está previsto en 2019.
El coste ha provocado críticas en las redes sociales, donde numerosos internautas se lamentaron que ese dinero no sea destinado a infraestructuras públicas, o al sector educativo.
No es el primer proyecto faraónico de Modi, que en 2014 empezó la construcción de una estatua de 182 metros en honor del héroe de la independencia india, Sardar Vallabbhai Patel, en su estado de Gujarat, por un coste estimado en 368 millones de dólares.