Independiente Rivadavia pudo golear pero se trajo un punto de partida

Jugó un gran partido y mostró un buen nivel. Sin embargo, no aprovechó sus oportunidades y terminó igualando con Chicago. En su debut, el equipo de “Pepe” Romero dejó una imagen más que positiva.

Independiente Rivadavia pudo golear pero se trajo un punto de partida

“La sacamos barata”, así fue la expresión de un viejo plateísta de Chicago apenas el juez del partido hizo retumbar el silbatazo final. Y fue así nomás.

Independiente Rivadavia podría haber goleado en la República de Matadores. Pero, un pasaje de desconcentraciones defensivas, le permitió al Torito llegar al empate. Fue 1-1 y un sabor agridulce para este debut Azul que mereció mucho más.

Si el entrenador Azul, José "Pepe" Romero se hubiese propuesto en esta oportunidad escribir un manual de estilo para jugar de visitante en la Ba Nacional, estos primeros 45 minutos de Independiente Rivadavia le hubiesen cabido a la perfección. El Azul del Parque hizo todo bien. No tuvo fisuras. Se respetó la identidad de juego impuesta por el DT a la perfección. Habrá que repasar y mucho para encontrar un partido completo, en el cual, la Lepra generó 8 situaciones de peligro. Situaciones de peligro reales.

No aproximaciones. Es que Independiente Rivadavia hizo de la tenencia de balón su mayor defensa. Toque, rotación, triangulación y la pelota al ras del piso fue una premisa que se respetó a rajatablas.

Desorientado Nueva Chicago, hizo agua por todas partes en el primer capítulo. La Lepra todo lo contrario. Siempre hubo opción de pase, salida rápida a un toque y abriendo la cancha por ambos frentes.

Por esta razón, se produjeron innumerables situaciones de peligro en el área del conjunto local.

El resultado de la primera mitad fue mezquino. Si el Azul tenía un 50 por ciento de efectividad (números made in básquet), el resultado hubiese sido histórico. Mínimo, cuatro goles antes del descanso. Es que las apariciones de ambos laterales fueron fundamentales. Julián Navas tuvo tres mano a mano en el área chica y la fortuna no lo acompaño.

La apertura del marcador, llegó sobre el final. Una vez más, el equipo de Romero ejecutó una asociación de pases para aplaudir. Tres toques, Sánchez, habilitó a José Méndez y el número 11, en la vuelta a su cuna futbolística, definió de zurda y cruzado. Golazo. Merecida pero escasa ventaja.

En el segundo tiempo, otra fue la historia. Independiente mermó con esa presión que hizo muy bien pobre el primer pase de Chicago, cedió balón y dominio territorial. Con más voluntad que juego, el dueño casa empezó a lastimar al Azul. Lo tuvo en dos oportunidades de pelota parada pero Aracena respondió con creces.

Sin embargo, lo mejor de Chicago, por esfuerzo y entrega, Fattori, sacó un sablazo casi de compromiso, se desvió en una pierna azul y el balón se metió en el ángulo. Inatajable. Por lo que había mostrado Chicago en esos últimos minutos, el empate llegó justo. Inmerecido, porque Independiente Rivadavia fue superior en líneas generales. Lo positivo: jugando así, de esta manera, el Azul del parque ganará mucho más punto de los que dejará en el camino.

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