Independiente Rivadavia hizo los deberes. Sumó un punto en condición de visitantes y eso no pierde nunca el valor. Enfrente, además, estaba Almagro. Sólo puede cuestionarse la unidad sumada en José Ingenieros por la seguidilla de encuentros sin ganar. ¡Otra vez empate! Sí, pero este punto sí sirve. El que no suma es el que sacó ante Ferro o Brown de Puerto Madryn. La Lepra el problema más crítico lo tiene en casa, puertas adentro.
En el Bautista Gargantini no logra imponer condiciones y entorpece todo lo bueno que muestra cada vez que sale de Avenida Las Tipas. Algo similar a lo que le sucedió en el arranque del torneo (recién pudo vencer a Boca Unidos, en lo que fue su cuarta presentación en casa).
La primera impresión que dejaba el 4-4-2 era positiva. La salida de Encina se caía de madura y el entrenador decidía que fuese el Kun Gautier su reemplazante. Sin Tarragona, el 4-2-3-1 perdía brillo: ni Sosa, ni Reinoso y tampoco Gautier se amoldaban. Con dos puntas bien definidos, el Azul iba a ser más molesto, más profundo.
El pelotazo largo para sacar el equipo tenía sentido porque no había un único referente. Además el Flaco gana mucho por arriba y entonces al '9' por fin se le podía sacar provecho. Juego más directo, sin tantos volantes que sólo parecían amontonarse en la zona media sin darle ese volumen de juego que les pedía el entrenador. Por eso el cambio de dibujo lo celebraba el equipo. Problema solucionado: el 4-4-2 era el antídoto a la salida de Tarragona.
Independiente tuvo contra las cuerdas al Tricolor prácticamente todo el complemento, sin embargo no lograba generar situaciones claras. Los disparos al arco fueron por segundas jugadas, en la mayoría de las oportunidades.
Sigue sin poner a sus delanteros mano a mano. Como sí lo hizo Almagro, que lo pudo ganar en un cara a cara entre Barboza y Aracena que el delantero definió muy mal. Y eso es Independiente Rivadavia. Da toda la sensación de tener todo bajo control y casi de la nada -o con muy poco- Almagro le pone un jugador mano a mano con Cristian Aracena. En fin.
Más allá de la unidad sumada, el equipo mostró una mejora si se tiene en cuenta lo hecho ante Ferro y All Boys. Y esto también es sano si se mira para adelante y se vislumbra que en el horizonte inmediato aparece nada menos que Central Córdoba de Santiago del Estero. ¿Es una buena noticia que al Ferro lo reciba en La Catedral? La lógica indicaría que sí.
Es la oportunidad inmejorable que tendrá la Lepra para reivindicarse ante su gente y quedarse con 'seis puntos' pensando que el que estará enfrente es un rival directo. Siempre es importante ganar afuera. En casa, ahora, es donde Independiente deberá lavar los trapos sucios.
