Independiente volvió con las manos vacías a la ciudad de Mendoza luego de caer, por la séptima fecha del torneo Transición de la Primera B Nacional, en el difícil reducto del estadio 15 de Abril, por 2 a 0 ante Unión de Santa Fe.
La lluvia hizo mella en el equipo azul, pero también intensas corridas y precisos de Ignacio Malcorra, quien dejó un surco por la franja izquierda y que seguramente se le aparecerá en sueños sucesivos a Walter García.
Las lanzas filosas y puntudas de Martín Fabro, Malcorra y Enrique Triverio fueron los ingredientes que utilizó Leonardo Madelón, para que su formación “Tatengue” labrara desde el arranque un triunfo merecido y que ponen al DT Albirrojo a resguardo de las críticas, ya que este Unión no ha tenido una ruta expedita en lo que va de este torneo.
También es cierto, que es duro para cualquier equipo reaccionar cuando le hacen un gol antes de los cinco minutos, con un rival que después de gritar gol se agiganta, empuja y ahoga la salida.
Lo bueno es buscar la fórmula para tratar de neutralizar los embates y cerrar el arco al rival. Ayer, la Lepra no recibió más goles, porque Josué Ayala es un gran arquero y en varios momentos sus centrales se coordinaron como en un fútbol de élite y en otros, los menos, fueron del cielo al infierno, sin pasar por el purgatorio. Además Tonetto y Guerra supieron poner la pausa cuando los de camiseta a rayitas rojas eran una tromba y eso, a la postre, ayudó para que una derrota no terminara en un desastre.
Hubo errores infantiles, sí, imprecisiones y desconcentraciones, que cuestan goles. Recordemos que el primer gol nace con una pelota perdida en el medio por González Vega, cuya jugada termina con una grosería permitida por Podestá y sellada por Walter García.
La Lepra tuvo lo suyo, pero le faltó la puntada final y el gramito de suerte para definir las llegadas al área rival y como dijo Diego Cardozo en vestuarios: “Nos tocó bailar con la más fea y no nos salieron las pocas que tuvimos. Mala suerte”.
Lo importante, que hay revancha y a mediados de semana, la Lepra puede volver a encontrarse con los tres puntos y dar otra alegría a su pueblo azul.
