La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) fue increpada por la madre de una víctima de un accidente ferroviaro que se produjo bajo su gobierno durante una misa que se celebró para pedir por Santiago Maldonado, un joven desaparecido hace un mes, se informó hoy.
Mónica Graciela Bottega, madre de Tatiana Pontiroli, una de las 51 víctimas de la llamada "Tragedia de Once", el choque de un tren en 2012, se acercó a la ex presidenta durante la celebración religiosa la noche del viernes y delante de la custodia le dijo: "Usted es una asesina", según relató la mujer misma en su cuenta de Facebook.
La misa se realizó en una parroquia de la localidad de Merlo, un suburbio al oeste de Buenos Aires, para pedir por la aparición con vida de Santiago Maldonado, el joven desaparecido hace un mes tras una protesta de indígenas mapuches que fue desalojada por fuerzas de seguridad.
Bottega sostuvo que cuando consiguió ver a la ex presidenta, caminó hacia ella y le dijo: "Soy la mamá de Tatiana Pontiroli, fallecida en la tragedia de Once" y agregó: "Usted es una asesina, pide por la vida de Maldonado y nunca se hizo cargo de la masacre que causó a 52 inocentes".
La Justicia argentina investiga la muerte 51 personas, pero los familiares de las víctimas aseguran que son 52, ya que una de las mujeres fallecidas estaba embarazada.
Bottega sostuvo que, después de haberse dirigido en esos términos a Cristina Kirchner, los guardaespaldas de la ex mandataria se le acercaron mientras ella les decía que se quedaran tranquilos.
"Les dije que yo ya me iba, que la que tenía que rezar era la señora (por Cristina Kirchner), no yo. Y, entre lágrimas, salí de la Iglesia", concluyó su escrito Bottega.
El 22 de febrero de 2012, una formación suburbana de trenes no frenó a tiempo y se incrustó en la cabecera de un andén de la terminal del barrio de Once, en el centro de Buenos Aires, con un saldo de 51 muertos y 789 heridos.
La Justicia comprobó la responsabilidad del Estado en el accidente y condenó a dos ex secretarios de Transporte de los gobiernos kirchneristas, Juan Pablo Schiavi y Ricardo Jaime, a ocho y seis años de cárcel respectivamente por "administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública y estrago culposo agravado".
Además está procesado al entonces ministro de Planificación Federal Julio De Vido, uno de los funcionarios más influyentes de los gobiernos del fallecido Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Kirchner.